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La Voz de La Verdad

CRISIS DE PÁNICO: LA FANTASÍA DE UN PELIGRO INMINENTE.

Por Felipe Pérez, Psicología Universidad Mayor

¿Alguna vez te has sentido tan desesperado al punto de creer que pierdes el control de todo tu cuerpo, emociones, pensamientos, incluso de tu propia vida? Seguramente es algo frustrante, que coloca en tela de juicio tu sentido de seguridad personal. Hay una palabra que podría definir dicha sensación: Pánico. Pánico, según la Real Academia Española, es un “miedo extremado o terror producido por la amenaza de un peligro inminente, y que con frecuencia es colectivo y contagioso”.

Esta sensación de pánico es vista como “normal” en nuestro vivenciar como personas en la sociedad, en especial cuando la amenaza es un peligro universal (terremoto, asalto, persecuciones, etc.). En este sentido, el pánico es visto como una reacción emocional automática ante un peligro percibido. El problema del pánico viene cuando el peligro o amenaza no es de carácter colectivo, sino más bien, es una reacción emocional respecto a un peligro personal, que no necesariamente sea un peligro para otro. En otras palabras, es una amenaza subjetiva. Anormal para un otro.

En la décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) hay un cuadro que se denomina Crisis o Ataque de Pánico, y alude, en parte a esta sensación de inminente peligro, pero con la diferencia de que este peligro no es peligro para todos, sino para la persona que lo vive. Esta sensación de pánico, además, podría aparecer sin que necesariamente se presente dicho peligro: No avisa.

Algunas características asociadas a las crisis de pánico son: palpitaciones repentinas del corazón, sensación de ahogo, de posible desmayo y mareos. Esto a nivel corporal; a nivel más cognitivo, está la creencia de morirse o volverse loco. Aunque esta creencia de muerte y locura no es más que una fantasía, genera ansiedad de todos modos, y como la ansiedad funciona a nivel biológico, el cuerpo reacciona con las características mencionadas. Estas crisis tienen una duración de 10 minutos aproximadamente.

Entonces, en ese sentido, la creencia que tú tienes sobre una situación, hecho o un algo, siempre está acompañada por emociones; y las emociones (que funcionan químicamente) poseen un correlato físico, por lo que se dan en conjunto con estas palpitaciones, ahogos, etc.

Una de las emociones principales que está a la base de las crisis de pánico es la excesiva ansiedad. La ansiedad es una reacción emocional que te permite afrontar situaciones que son vistas como amenazantes. Pero si la ansiedad te hace perder el control de las circunstancias, tu cuerpo reacciona de acuerdo a ese nivel de ansiedad. Porque creencia, emoción y cuerpo están unidos.

Lo curioso de esto, es que por lo general, la gente que ha sufrido estas crisis, tiene un temor de estar sola, o de estar en espacios abiertos o reducidos, ya que en su mayoría creen que les vendrá una crisis en cualquier momento. Suena paradójico ¿no? Tener miedo a la crisis de pánico y no al peligro que se percibe. Es como que la crisis misma se vuelve el peligro.

La crisis de pánico, es una sensación de desesperación ante algo que se CREE que es peligroso, que puede NO SERLO. Esa creencia (que es algo no concretado, solo una creencia), se da en conjunto con una emoción, que en realidad es una reacción emocional respecto de esa CREENCIA, en ese algo que puede o no puede ser un peligro. Lo impresionante es que el cuerpo también reacciona. Pero esa reacción es un producto de una emoción que fue provocada por una creencia de un peligro que no es objetivo, sino percibido.

Entonces el exceso de ansiedad es producto de la creencia de un excesivo peligro, peligro que no puede ser controlado porque es excesivo. Pero al fin y al cabo es producto de una creencia, o mejor dicho, la fantasía del pánico.

Lo que Crees de tu entorno influye enormemente en lo que sientes emocionalmente, y en lo que vivencias corporalmente. En una sociedad que fomenta la fantasía de sobrevivencia y competencia, que claramente son una carga de ansiedad importante, nuestro desafío está en cambiar la forma en que creemos.

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