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La Voz de La Verdad

¿QUE ESTAMOS COMIENDO?




Si nos adentramos en conocer la cultura de un territorio, sin duda nos encontraremos con prácticas culinarias y alimenticias propias de dicho territorio, las cuales están determinadas principalmente por las riquezas de carnes, pescados, vegetales, frutas, semillas, etc., que se pueden encontrar ahí. Lo que permite el asentamiento de una identidad gastronómica, que habla mucho de una forma de vida de las personas de cada territorio.


Desde el escenario antes mencionado hoy me cuestiono fuertemente que significa alimentarnos, cómo lo estamos haciendo, por qué lo hacemos, y si estamos respondiendo a nuestro diseño original, o seguimos anclados al sistema de este mundo alimentándonos como este lo hace.


Para Cristo su comida y bebida consistía en hacer la voluntad de su Padre. Comer sus palabras beber de su vida. Desde este principio lo que nosotros ingerimos día a día esta intrínsecamente unido a lo que buscamos saciar dentro de nosotros, de lo que necesitamos. Lo cual está determinado por lo que hay en nuestro espíritu en nuestra alma, en nuestro corazón, es decir, por nuestras creencias nuestra forma de ver.


En Chile está muy marcada la costumbre de consumir grandes cantidades de masas, azúcar, grasas no buenas, sal, lo que ha desencadenado el deterioro del funcionamiento del cuerpo de niños, jóvenes y adultos, a muy temprana edad, lo que lamentablemente ha sido heredado de generación en generación. Ante esto si vamos de manera más profunda en cuanto al pensamiento del chileno es común buscar saciar vacíos o simples placeres con comida, comiendo por ansiedad, prefiriendo muchas veces lo que nos simplifica el día porque vienen ya preparados y puedo llegar y calentar, y si escudriñamos nos encontraremos como más razones de porque se come por comer, menospreciando la vida, al descuidarnos y hacernos daño ingiriendo cosas que sabemos que nos hacen mal.


Consideremos que no podemos separar el cuidar nuestro cuerpo físico, alimentándonos bien y haciendo ejercicio, de una Vida Espiritual. Entendiendo que alimentarnos bien implica comer lo que nuestro cuerpo requiere y esto depende de lo que cada uno es y hace, y aun para cada tiempo.

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