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La Voz de La Verdad

UNA RESPUESTA A LA HOMOSEXUALIDAD (parte 3)

Por Simón Aquino

Niveles de homosexualidad:

Revise conmigo este versículo, no lo lea de manera apresurada, aunque lo haya leído varias veces en su vida, note conmigo un gran detalle, he subrayado algunas frases para darle más énfasis.

Romanos 1:22-32

Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Qué bueno que notó como en estos versículos se expresa claramente que “Dios los entregó”, es decir que Dios no contiende para siempre con el hombre; no pelea siempre con su conciencia; llega un momento en que esta se cauteriza y Dios deja de batallar con ella y no le queda más que entregarla a su propio deseo pecaminoso y torcido, entonces el alma modifica su funcionamiento e intenta integrar esta nueva información.

La historia reafirma lo que Pablo expresa en estos versículos, después que Darwin y sus discípulos dieron más gloria a las criaturas que al creador, a tal punto que se levantaron “escuelas teológicas” que avalaron el evolucionismo, después que esta ideología se incrustó en la mente mundial, tanto que sustentó pensamientos tan torcidos como el de la “superioridad de algunas razas”. Entonces vino un auge de la inmoralidad sobre todo el mundo, desde Europa y acrecentándose en el llamado “amor libre” de los Estados Unidos, que alimentó a toda la juventud de la década de los 80´.

Este auge de inmoralidad desembocó en sociedades atestadas de toda injusticia, es decir en comunidades y naciones que no solo estaban atadas por la maldad, sino que cada vez generan más y mayor maldad.

Tal vez usted se está haciendo la misma pregunta que yo ¿Qué relación tiene la inmoralidad con alguien atestado de injusticia? Y la respuesta es: mucha relación. Es a través de la inmoralidad que una persona doblega su voluntad con mayor facilidad, cauteriza su conciencia y se esclaviza. No solo la homosexualidad, sino todo tipo de inmoralidad, porque la inmoralidad se practica no solo en la mente, sino que tarde o temprano será parte de las necesidades del cuerpo, porque el alma deformada comenzará a impulsar al cuerpo a consumar esa inmoralidad. Cuando esto ocurre, a la conciencia le es difícil creer en un absoluto, le es difícil creer en alguna posibilidad de ser santo, le es más fácil negar toda posibilidad de que el hombre deba responder a Dios por sus actos, e intentará justificar sus actos construyendo alguna ideología o conectándose a los paradigmas que justifiquen su inmoralidad y la presenten como algo bueno.

Podríamos decir que es una escala descendente de corrupción del alma y del hombre en general, un camino decadente hacia el inframundo, en cada paso que se baja, el alma va quedando cautiva en cárceles, va siendo más deformada y fraccionada; la mente se ajusta a pensar desde los condicionamientos de ideologías que justifiquen el pecado; las emociones en completo desorden ya no responden al uso natural; la percepción emocional de que algo es agradable se activa en situaciones que para cualquier humano sería repulsivo. Por lo tanto la voluntad va siendo doblegada completamente por las emociones y las fortalezas de argumentos de la mente; espíritus inmundos operan en todo este funcionamiento, ponen de su personalidad en el alma del hombre caído. En la homosexualidad este camino descendente podríamos separarlo según niveles de deformidad del alma. Una persona no llega a ser homosexual de la noche a la mañana.

Homosexualidad por contraste:

Ésta se puede dar cuando el hombre ha crecido en una atmósfera de mucho machismo, al verse imposibilitado de vivir según los estándares de “macho” que el entorno le exige, se crea en él la creencia implícita de que al no tener la “hombría” que socialmente se exige, por contraste se llega a tener tendencias homosexuales. Este razonamiento se hace fuerte según la presión social, pero no siempre se manifiesta en experiencias homosexuales. Sin embargo, si a esta muralla de argumentos le añadimos un trauma de abuso sexual, tendremos a una persona con serios problemas de identidad de género, que será alimentada cada vez que este se vea presionado socialmente por los estereotipos de machismo de su entorno.

Homosexualidad por trauma:

Se puede desarrollar después de que un hombre o una mujer han sido violados o han sufrido algún tipo de abuso sexual. El trauma genera rechazo al género opuesto o un desorden de la personalidad sexual producto de la experiencia traumática. Lo más terrible de esto es que un hombre al ser abusado, su identidad masculina se ve tan dañada o pisoteada por ese acto de vejación, que duda de su hombría y las tendencias homosexuales se acentúan y arman una muralla de argumentos en el alma. Si la abusada es una mujer, su rechazo al género masculino la llevará a buscar refugio, o a evitar la sensación de abuso a través de las relaciones con otras mujeres.

Homosexualidad esporádica o casual:

Esta es la menos notoria y se les podría denominar así a las personas que si bien no manifiestan en el presente una actitud homosexual, si tuvieron una experiencia de esta índole por iniciativa propia o bajo efectos de alcohol o drogas, este hecho genera desórdenes de personalidad y deformaciones del alma de igual manera.

Homosexualidad manifestada:

Esta es la que mayormente conocemos, es pública y notoria para todas las personas que son parte del círculo cercano de aquella persona. Se manifiesta durante o después de la adolescencia, dependiendo de factores sociales y del desarrollo de aquella persona.

Solo Dios puede librar a una persona de esto. Cada una de estas debe ser tratada con un “discipulado paternal de reino”. En este discipulado se debe incluir todo un proceso de liberación espiritual, y además debe haber un seguimiento y cambio de hábitos, en que tanto el discipulador como el discípulo estén dispuestos a avanzar.

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