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La Voz de La Verdad

LA PESADA CARGA DE LA VIDA MODERNA

Por Cristian Godoy C.

Amado lector, ¿se ha preguntado alguna vez, qué es lo más importante en la vida? Vivimos sin tiempo, en realidad sin calidad de vida, postergándonos indefinidamente a nosotros mismos, por alcanzar aquello que en verdad no necesitamos.

El chileno vive para trabajar, pero no trabaja para vivir, trabaja incansable para que a sus hijos no les falte, pero sí, ÉL le falta a sus hijos, porque pocas veces tienen tiempo juntos. El chileno vive para pagar cuentas, posterga sueños, y su felicidad por tener un estatus “aceptable” socialmente, pero no vive su vida, el chileno se ha hecho un esclavo.

Lamentablemente vivimos en un sistema de comercio injusto, ¡muy injusto! Desde los años 80, se instaló un concepto de aspiración, en que aparentemente, el chileno podía escalar socialmente, por sus posesiones, se instaló una cultura de apariencias, una cultura hipócrita de máscaras.

En la tele se pelean los “ofertones” y liquidaciones, las casas comerciales, supermercados y bancos, nos ofrecen “la luna y las estrellas”. Por otro lado, las empresas, bajo la apariencia de “dar trabajo”, dan verdaderos SUELDOS DE HAMBRE Y MISERIA, eso en cualquier parte, se llama ESCLAVITUD.

De esta forma el círculo es vicioso, los sueldos no alcanzan, y la oportunidad de proliferación de las famosas “tarjetitas”, se hace ideal para los de cuello y corbata, pues, ¿Quién no quiere acceder a mejores cosas? o ¿quién no quiere darle lo mejor a su familia? La única oportunidad es el crédito, y de esto se aprovechan, porque la mayoría no tiene otra opción. La usura se ha hecho un deporte de “reyes”, como jugar golf, aprovechándose de que los chilenos corren por las ofertas, les amarran pesadas cargas, llamadas DEUDAS.

El sistema es “perfecto”, hecho para endeudarte.

Un esclavo no tiene sueños, obviamente no tiene libertad, ni aspiraciones, lo único que puede hacer, es empujar esa pesada piedra, hasta que esa deuda se pague, eso, si es que la puede pagar. Las ofertas se ven “bonitas”, pero nunca cumplen lo que prometen, nunca satisfacen a quien las toma, pues para la empresa sólo se trata de un consumidor (¿consumidor o consumido?).

El chileno en promedio, debe tres veces lo que gana, sin dejar de mencionar, que aunque se le perdone la deuda, se vuelve a endeudar (así se demostró en el último “perdonazo” de Dicom). El problema radica, en que sumado al sistema injusto, los chilenos somos pésimos administradores, ¿no será que nos falta inteligencia y sabiduría?

La pobreza, la escases, y la deuda, son una MALDICIÓN, y no es en sentido figurado, es literal. Proviene de las propias injusticias que cometamos. Nos gusta todo gratis, nos gusta aprovecharnos del otro, robamos, mentimos en los impuestos, nos saltamos las leyes, pirateamos la música, las películas y los programas por internet, no pagamos en el Transantiago (estoy totalmente de acuerdo con usted si me dice que es pésimo, pero hay que cumplir la ley), y tal como en el Estadio Maracaná en Brasil, si la puerta está abierta, “aprovechamos” para entrar. Después nos quejamos de que el dinero se nos va de las manos.

Déjeme decirle algo, crea o no crea, existe Dios, y Él es justo. A medida que usted decida acercarse a Dios, Dios se acercará a usted. Le aconsejo que busque oir y hacer conforme a los pensamientos de Dios, escritos en la Biblia, que son principios de vida, que son rectos, y que son la más excelente Sabiduría e Inteligencia. Si hay algo que le aseguro que usted necesita, eso es Sabiduría e Inteligencia.

La pregunta que le hago amado lector es la siguiente. ¿Quiere ser libre? Le propongo las siguientes medidas.

Primero parta por caminar rectamente, sin pillerías, sin “movidas”, sea transparente y justo, y eso mismo serán con usted, si usted no roba, no le robarán, lo que uno siembra, eso cosecha.

Segundo, establezca cuales son verdaderamente sus necesidades y prioridades, lo más importante es el bienestar suyo y de su familia. Ser rico, no es tener mucha plata, aunque la abundancia es una virtud de Dios, en realidad ser rico es tener y conocer primero a Dios, tener salud, vivir bien, ser feliz junto a los suyos, lo demás es añadidura.

Y finalmente, ordénese, pídale a Dios la inteligencia, y administre sus recursos, en acuerdo con los suyos, de modo que pueda cancelar en un corto o mediano plazo, todas sus deudas, sin endeudarse nuevamente. Cancele todas sus tarjetas de crédito o débito, y propóngase pagar todo al contado. Le aseguro que vivirá mucho mejor.

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