EDITORIAL: EL “MANOSEADO” TÉRMINO DE IGUALDAD
Por Cristian Godoy C.
Por estos días, y desde hace un buen tiempo, venimos escuchando algunas voces, que hablan de “Igualdad”, algunos refieren a lo económico, a lo social, otros a la paridad entre hombres y mujeres, otros a la igualdad de género, etc. Muchas voces exigiendo sus derechos, pero entre medio de estas voces, en realidad se divisa una gran voz de rebelión, de liberalismo y humanismo.
No me mal entienda, no estoy en contra de la libertad, la paz, y el derecho que tiene todo ser humano de desarrollarse en su más amplia plenitud, pues de ser así, estaría contra mis propios principios. Nadie puede ni debe ser discriminado, por ningún motivo, porque Dios no es así con nosotros, “hace llover sobre justos e injustos”, “hace salir el sol sobre buenos y malos”. El punto es, que primero tenemos una cultura influida negativamente desde la Antigua Grecia, por escuelas filosóficas como por ejemplo la de los Epicúreos, donde solo existe el “YO”, la búsqueda del placer, la autosatisfacción, el innecesario temor a la muerte y al dolor, la autosuficiencia, etc. Esto también se engloba sin duda en el humanismo, “el hombre por el hombre”. Pero nadie mira más allá de su nariz, y todos exigen sus propios derechos, aún si esto significa taparle la boca al que piensa distinto.
En segundo lugar, desde los años 50 y 60, se vino fraguando una revolución social y cultural, en un contexto propicio para las corrientes de pensamiento liberales, con adelantos científicos como la pastilla anti conceptiva, y guerras que dieron pie para “maquillar” el concepto de “libertad” e “igualdad”.
Pasaron las décadas, y cada vez fuimos cediendo a conceptos raros y nuevos, que antes no aceptamos, pero que hoy consideramos “normales”, nuestra ética y moral fue cambiando con las modas, los cortes de cabello, la vestimenta, el traje de baño femenino se fue haciendo más pequeño, los padres pasaron de ser “autoridad”, a ser simples proveedores, fuimos considerando cada vez más normal la búsqueda hedonista del placer, maquillada por la industria de la entretención, y así. Cada vez peor.
Hoy vemos muchas revueltas sociales, entre revoluciones Europeas y Latinoamericanas, hoy se compiten por el primer lugar en ser “progresista” o “liberal”, esgrimiendo la falacia de la “evolución cultural”, utilizando frases publicitarias para maquillar sus conceptos, e ideales, y también para tapar la boca de sus detractores, logrando así llamar a lo malo bueno, y a lo bueno malo.
Se oye claramente la voz rebelde que dice “no quiero estar sujeto a ningún sistema”, supuestamente contrariando sistemas éticos sociales o religiosos, pero la verdad es que este sutil gran engaño, no ha hecho más que dañarlos a ellos mismos y a su descendencia, pues quiéralo usted o no, usted igualmente está gobernado por alguien, eso es inminente o innegable.
El asunto es, que usted decide, Existe Dios y existe satanás. Existe el bien, y existe el mal, existe lo recto, y el pecado, lo justo y lo injusto. La decisión es suya, pues las consecuencias no solo las paga usted, sino sus generaciones, su entorno, la tierra en la que vive. Porque la justicia, inevitablemente juzga.
Todos queremos vivir en PAZ. Pero la paz no se consigue con ideales, se consigue con justicia. La igualdad realmente no existe, sólo existe un diseño, el de ser hechos a imagen de Dios cuando fuimos creados, pero la creatividad de Dios hizo que fuésemos únicos e irrepetibles. Además Dios nos ama a todos por igual, pero sólo aquel que realmente y de corazón quiera estar con él, y hacer su voluntad, tendrá el favor de Dios