FAMILIA: LA BASE DE LAS GENERACIONES
Por Gabriel Muñoz
Director del Dpto. De formación de CLP, Oikonomos
Con la mirada enfocada en nuestra nación, se quiere en las próximas líneas definir quién es y quién no es familia, en torno a la discusión sobre el AVP y la potencial legislación del matrimonio homosexual. En este sentido, es primordial basarnos en lo que constituye nuestra sociedad y mencionar que “la base de la familia en Chile es el matrimonio, el cual está regulado por nuestro Código Civil”
Sin duda, la importancia de la familia es fundamental al momento de establecer una sociedad, es en la unión que prevalece en estas donde se “asegura a sus integrantes estabilidad emocional, social y económica. Es allí donde se aprende tempranamente a dialogar, a escuchar, a conocer y desarrollar sus derechos y deberes como persona”. Sin lugar a cuestionamientos, tratar de conformar una familia en Chile es forma de crear una comunidad, por tanto, en la medida que vayamos desarrollando un tipo de familia, también iremos tendiendo hacia un tipo de sociedad.
Seguramente es dentro de este marco que los movimientos que se han levantado por la legalización del AVP y el matrimonio entre personas del mismo sexo, apuntan directamente a lo que veíamos en el primer párrafo, donde se establecía que el matrimonio es la forma en que se sustenta la familia. De ahí la insistencia en legislar a favor de las uniones maritales de corte homosexual. Según una notica en la página web de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, se realizó una Mesa de Análisis respecto al tema, donde una de las opiniones que surgieron dice que “desde el punto de vista del derecho de familia, el matrimonio es la única regulación que entrega protección […] a sus miembros”.
Desde un punto de vista emocional, una familia podría ser cualquier grupo que demuestre relaciones afectivas, sin embargo, no es solo esto lo que constituye una familia como tal: “La familia en la sociedad tiene importantes tareas, que tienen relación directa con la preservación de la vida humana como su desarrollo y bienestar”. Dentro de las funciones descritas, está la biológica (apetito sexual y reproducción humana), educativa (socialización de los niños), económica (necesidades básicas), solidaria (afectividad), protectora (seguridad). Si un grupo quiere llamarse familia, además de establecerse como base el matrimonio, obligatoriamente deben resguardarse estas tareas, así como la ostentabilidad de vínculos de parentesco; consanguíneo, afinidad y/o adopción – este último regulado según Ley N°19.620.
Es así como una pareja homosexual que, pudiendo hipotéticamente acceder al matrimonio, quisiera conceptualizarse dentro de una familia, no podría debido a su incapacidad para procrearse. Si bien se establece que la base de la familia es el matrimonio, tampoco una pareja heterosexual que desee nominalizarse como tal podría hacerlo sin estar casados, pero solo esto sería el inconveniente, pues naturalmente todas las demás tareas le son innatas como seres humanos, desde un punto de vista cultural, biológico y emocional. En el caso de familias llamadas “mono parentales”, reciben dicho calificativo justamente como excepción al impedimento del matrimonio, pues ante el abandono de una de las partes, es imposible que la otra pueda contraer matrimonio consigo misma. No obstante, esto no impide que, en un futuro, pueda contraer matrimonio, si así lo decide, con la contraparte correspondiente.
El amor y la felicidad, son tomados como conceptos relacionados a factores emocionales. Hace un tiempo, leía un pequeño cómics donde los padres del niño se separaban y él quedaba viviendo con su padre. Este traía a casa a vivir a su ‘amigo’, con quien compartía su vida; cocinaba, veían televisión, peleaban, dormían, etc.: todo, juntos. En las visitas a su madre, esta le dice al niño que su padre es homosexual y el niño, al no entender el concepto, pregunta sobre él recibiendo una respuesta que dicta sobre el homosexualismo como una forma de amar y que el amor es la única manera de obtener la felicidad. Sinceramente pienso que las relaciones de corte homosexual son infértiles en cuanto sus frutos, ya sean biológicos o culturales: una persona que sostiene relaciones homosexuales puede aportar mucho a la sociedad, pero no por su calidad homosexual, sino por su calidad de ser humano dotado de inteligencia, dones y talentos; no obstante, la relación homosexual que sostenga, no podrá entregar nada a la comunidad, más que una imagen de tolerancia a la perversión de principios y valores que han sustentado nuestra sociedad durante milenios.
No hay duda, en que una familia normal puede aportar grandes cosas a la sociedad, partiendo por una cuestión natural y biológica como la procreación y pasando por una estructura sólida y complementaria. Hay que reconocer que hoy en día muchas familias heterosexuales tampoco representan un ideal de sociedad, pero tampoco lo harán las relaciones homosexuales. El debate no debe centrarse en si ellos pueden o no formar familia o si es que tienen derecho a casarse o regular su situación a través de un Acuerdo de Vida en Pareja, sino que el verdadero enfoque debe darse en fortalecer y reparar todo el daño que se ha hecho a nuestras familias durante los años. Sistemas laborales que dividen la unión familiar, ideologías sociales como machismo o feminismo que separan las familias, una identidad falsa que se enfoca en los aspectos superficiales, leyes de divorcio como una válvula de escape a los problemas, son heridas graves que han resentido nuestras familias y, por ende, nuestras sociedades. No hay duda que para mejorar nuestra comunidad, lo primero en lo que debemos enfocarnos es en sanar nuestras familias para desarrollar generaciones justas.