LAS MASCARAS DE CHILE: PAIS DE DOBLE ESTANDAR
Por Cristian Godoy C.
En esta ocasión amados lectores, les propongo que hagamos un muy necesario ejercicio, vital para meditar cada uno en su propio interior, si vamos en el camino correcto. Quiero proponerles como nación, que nos miremos al espejo, que no sólo veamos nuestras fortalezas, sino que hagamos un ejercicio de sinceridad y saquemos de una vez todo a la luz, para que examinemos cada uno, lo que debemos cambiar, para tomar mejores decisiones y crecer como nación.
Hacia adentro y desde afuera, existe una sesgada y (diría yo) velada imagen sobre Chile, existe la imagen de un país pujante hacia el desarrollo, confiable en lo económico, especialmente para inversionistas extranjeros, aparentemente de calles seguras para los turistas, políticamente estable, y aparentemente un país de oportunidades para todos.
De acuerdo a lo propuesto, saquémonos la máscara de lo masivamente popular o lo políticamente correcto, pues para crecer o ser mejores personas, no necesitamos quedar bien con nadie, por tanto hablemos las cosas como son, seamos un país maduro y que sabe reconocer falencias y superarlas.
Somos un país de matices, diversos climas y formas de vida a lo largo y ancho de nuestra tierra. Tenemos una cultura y una idiosincrasia, pero éstas en realidad no tienen cimientos sólidos, pues somos una cultura permeable e influenciable, moldeable en muchos casos o en áreas de nuestra vida.
Como chilenos, somos personas indecisas, inseguros, de poca o baja autoestima, nos queremos y nos cuidamos poco, pero siempre buscamos aparentar más de lo que somos o de lo que tenemos. Trabajamos más horas de las necesarias, cuando realmente sacamos la vuelta y producimos poco, siempre queremos competir y ganarle al otro, pero en realidad somos mediocres, porque no buscamos ir más allá con lo que hacemos, la excelencia es rara entre nosotros, porque preferimos producir y producir, en vez de que de nosotros salga algo realmente de calidad.
Estudiamos varias horas, y varios años, pero aprendemos poco, porque la educación no es de calidad, y los profesores son pésimamente remunerados (hoy se pretenden reformar otras cosas, cuando esto es lo realmente relevante). Hacemos un largo camino para sacar un cartón, pero terminamos siendo uno más entre los recursos humanos, con sueldos miserables, debido a la sobre oferta de universidades, institutos y CFT, y la permisividad de los gobiernos de turno con los empresarios. Esto me da a entender, que el alumno no es visto como alguien que mañana pueda aportar al país, sino que netamente va a producir o consumir.
Ya hemos hablado en ediciones anteriores, de lo perverso que es nuestro sistema económico, que aparenta en lo macro ser fructífero, con cifras a nivel de país desarrollado, pero en realidad el trabajador que produce esos capitales, apenas toca números decimales (0,00000000000001%) con sueldos que ni si quiera alcanzan para vivir. Las deudas triplican los ingresos de los chilenos, y los grandes comercios crecen al punto de convertirse en monstruosas moledoras de clientes. Pero los comerciales de televisión se ven bonitos.
Se habla de justicia social y de igualdad, pero en un país presidido por una doctora, la salud pública es muy precaria, ineficiente, al punto que te tienes que estar prácticamente muriendo para que te atiendan, te puedes morir esperando una operación, esto debido a malas administraciones, y falta de especialistas. Esto se arrastra por años y nadie ha hecho algo significativo por cambiarlo. Sólo el que puede pagar, verdaderamente tiene salud. Esto me hace pensar sobre el valor que tiene una vida para quienes gobiernan.
En política, hace alrededor de 20 años, vemos los mismos rostros, con algunas caras nuevas, con las mismas formas de expresarse, las típicas promesas, aparentando en cada elección, vientos de cambio y nuevas ideas, pero al ser elegidos, las palabras se las lleva el viento, siempre ha sido así. Salvo valorables excepciones, en general solo les interesa ser populares, mediáticos, famosos y recibir el sueldo cada fin de mes. A pocos realmente les interesa servir. Conocidas son sus tácticas para distraer en conjunto con los medios de comunicación a través de "cortinas de humo" y llevar a cabo ideas liberales, o legislar para grandes empresas con las que hacen lobby.
Reclamamos contra las injusticias sociales y contra la autoridad, reclamamos acerca de la educación, la economía, las condiciones laborales, etc. Pero no se tiene autoridad contra las injusticias, si reclamamos lanzando piedras, golpeando e incendiando a las policías, haciendo estallar bombas, destruyendo los negocios de gente de esfuerzo, y esfuerzo de años. Creo que aquellos que tal hacen, ni si quiera conocen la justicia, por tanto son sólo ruido.
Los medios de comunicación aparentan servir a la gente, mediante sus informativos, especialmente la televisión, pero no hacen más que manipular el pensamiento de la gente, los canales de TV abierta, no son más que simples vendedores masivos de productos que en realidad no necesitamos, se ganan nuestra simpatía con masivas y coloridas campañas publicitarias, pero poco nos aportan con su programación. La TV abierta dice incluirlos a todos, se jacta de solidaridad poniendo sus rostros junto a niños discapacitados una vez al año, pero cuesta bastante que dispongan su programación para personas con discapacidad auditiva.
Ya lo hemos dicho en estas mismas páginas, se habla a los cuatro vientos de derechos humanos y de justicia, pero por otro lado se pretende llevar a cabo leyes que atentan contra la vida y los más inocentes, como legalizar el aborto y la eutanasia. Respecto del aborto, se pretende resolver un “asunto”, quitándole la vida a un inocente, cuando en una violación el culpable es el violador (no diré jamás que se mate al violador, en tal caso, encarcelarlo), en el caso de un embarazo adolescente, le pretenden quitar la vida a un inocente, pero la culpa la tienen los padres y los colegios, por dar una educación humanista, donde quitaron a Dios de en medio, donde el auto respeto ya no es prioridad, les entregamos a nuestros hijos un pensamiento Epicuriano (Antigua Grecia), que evita al máximo el dolor (aún en los fracasos y errores, que en realidad enseñan y fortalecen), y exalta al máximo el placer.
Preferimos entretener a nuestros hijos, y lo hacemos desde que son niños, mientras trabajamos, les dejamos una pantalla para que los eduque y los mantenga pegados a ella, lo que estén absorbiendo…da lo mismo. Pero con nuestros hijos somos exigentes, pretendemos que sean hombres y mujeres de bien, pero que ausentes estamos de nuestros hijos. Nos creemos la falacia de que con bienes materiales, cubriremos todas sus necesidades.
Apuntamos al otro con facilidad, nos reímos del que tropieza muy rápido, juzgamos sanguinariamente, pero que poco nos exigimos a nosotros mismos, y que poca misericordia tenemos con quien está a nuestro lado, decimos amar y conocer el amor, pero el amor en realidad no se alegra de la injusticia, sino de la verdad, somos envidiosos y “chaqueteros”, pero el amor no tiene envidia, si dejáramos de ser egoístas, de mirar cada uno lo suyo, y viéramos más bien por el otro, ¡qué distinta sería nuestra vida!
Chile se jacta de la belleza de sus paisajes, del norte, centro y sur, Chile se “pavonea” de las Regiones, pero en realidad la autoridad central, las tiene amordazadas, todo está centralizado, al punto de que la tierra de esas regiones y las manos de su gente, producen mucha riqueza, pero la gente nuestra, que hace patria en esos territorios, no ha visto más que pobreza, hambre y miseria. Existen conocidas excepciones en grandes yacimientos mineros. En algunas ciudades de Chile, se ha dado a conocer, que siendo lugares productores de ciertos servicios o materias primas, los precios de estos son los más caros para su gente.
En estos días, celebramos nuestra “independencia”, pero lo cierto es que hasta hoy, no ha sido tal. Quizás no sea popular lo que escribo, pero es cierto, pasamos del yugo español, al yugo de la Masonería, secta de satanistas encubiertos que aparentan procurar el bien común, la libertad y fraternidad, pero que actúa desde las sombras, moviendo sus influencias, esto al punto de que no se puede ser presidente de Chile sin ser masón, toda la elite de intelectuales, grandes profesionales, artistas, políticos y líderes de opinión han sido alcanzadas o influenciadas al menos por la masonería. Se han encargado diligentemente, poco a poco de quitar a Dios de la sociedad y de nuestras vidas, ya tiene la experiencia en Estados Unidos y Europa, dicen ser “constructores de las corrientes de pensamiento del hombre para su época” (palabras del Gran Maestro Masón chileno Luís Riveros), por tanto saque usted la cuenta de por qué se pretende legalizar el Matrimonio del mismo sexo, el aborto, la eutanasia, la marihuana, etc. Piense el porqué se ha liberalizado la sociedad chilena.
Así mismo, hoy existe un nuevo tipo de colonización, la de las Empresas Transnacionales, pregúntese usted, en manos de quién están varios de nuestros servicios básicos, nuestras carreteras y autopistas, grandes mineras, por sólo mencionar algunas.
Nuestro país ha sido golpeado muchas veces, herido profundamente, sangre se ha derramado en distintas épocas de la historia de nuestra nación, los yugos que en la Colonia Española eran de esclavitud, látigo y muerte, pasaron a ser hoy sobre nuestras mentes y sobre nuestras finanzas. Chile es una nación traumada, golpeada y temerosa, que sin duda necesita ser sanada. Hemos quitado a Dios de en medio, por eso que nuestra sociedad decae progresivamente. SÓLO EL PERFECTO AMOR DE DIOS, PUEDE ECHAR FUERA EL TEMOR, volvamos a construir sobre roca y ya no más sobre arena, VOLVÁMOSNOS A DIOS y pongamos los ojos en lo que es realmente importante, quitemos de una vez lo falso y seamos esa maravillosa nación que Dios creó en la Eternidad para RESPANDECER. No es casual que el lema de nuestro primer escudo nacional diga “De las tinieblas, A LA LUZ”…Ahora es el tiempo.