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La Voz de La Verdad

REFLEXION: DEMOCRACIAS COMUNICACIONALES

Por Simón Aquino

¿Se recuerdan? Cuando miles de argentinos volvieron a las protestas por causa del proyecto de la presidenta Cristina de “democratizar la justicia”, lo que quitaría la independencia del poder judicial del político, este hecho es una de las tantas acciones que presidentes autodefinidos “como la voz del pueblo”, intentan modificar las instituciones a su antojo con el fin de domesticar a los poderes que les rodean, todos estos elegidos en su momento por la masa mayoritaria, pero que ahora no cuentan con el apoyo que tuvieron en su momento.


También cuando Maduro venció a Capriles en un dudoso proceso electoral que se llevo a cabo en Venezuela, dudoso por qué se negaron a contar los votos uno a uno y hacer una auditoria en las cajas electorales, esto es para cuestionar la trasparencia del proceso que ya rebalsaba de injusticia, al disponer Maduro de los recursos del estado y una maquinaria comunicacional enorme por sobre Capriles.


Cuando vemos los acontecimientos políticos de los últimos años en América latina podemos ver que nuestras democracias no son iguales una de otras, tanto así que definirla en un solo estilo es imposible, la voluntad de la mayoría no es algo que en la práctica se logre y si el pueblo se pronuncia, hay un uso desmedido de las comunicaciones para buscar influenciar sobre ellos.


La democracia es un tipo de gobierno heredado de la cultura griega, en donde supuestamente debía dirigir el pueblo, considerando que no todos los habitantes eran contados como “pueblo”, había condiciones para serlo.


Este tipo de gobierno pasó a Roma y se fue adaptando hasta su reaparición luego de la revolución francesa, con el término de las diferentes monarquías en Europa, los gobiernos latinoamericanos fueron avanzando en diferentes tipos de gobierno hasta adoptar todos esta estructura de régimen de bases griegas, la democracia tiene formas distintas de aplicarse en los distintos países, algunas son representativas y otras participativas, esta ultima incluye mecanismos más directos para que la opinión de la mayoría decida a través de plebiscitos u otros mecanismos.


La esencia de la democracia, como lo dice su nombre, es el gobierno de la mayoría, por lo tanto los gobernantes, supuestamente son solo representantes de la opinión de la mayoría y el deseo de las masas, esto conlleva a un punto importantísimo en la política del siglo XXI, que es el manejo de las comunicaciones y a cuestionarnos con sinceridad hasta qué punto “las mayorías” aciertan en sus elecciones, sin ser envueltas por el engaño, la historia está llena de ejemplos sobre esto.



Si un gobernante necesita el voto mayoritario del pueblo o su aprobación, necesitara CONVENCER (con verdad o con engaño) a la multitud y pelear por la aprobación de la opinión pública, lamentablemente la mentira es una iniquidad (herencia de maldad) generacional en el mundo político, si esta democracia es más participativa, el control de las comunicaciones será cada vez más necesario, la maquinaria publicitaria que permita el convencimiento de las masas es indispensable y la arena del conflicto político se centrara en los medios de comunicación.


Las comunicaciones es una área de influencia poco entendido por la iglesia, en su dimensión espiritual, hemos creído por años que debemos acercarnos a ella solo para evangelizar al perdido, que en su mayoría se le describe como el deprimido, alcohólico o destruido hombre de mundo, pero este tipo de personas no son las únicas que necesitan entrar en el reino de Dios, también los que están en una posición de bienestar social, también las ciudades, las comunidades, las diferentes etnias, las naciones completas, deben conocer al Rey de reyes y experimentar su cultura, algo que no se puede construir sin considerar el ámbito comunicacional, que es quien masifica las opiniones, ideologías, tendencias culturales y nuevos mecanismos en el pensamiento colectivo, todos estos elementos poseen una dimensión espiritual que no podemos darnos el lujo de olvidar.


Necesitamos entrar en esta área de influencia llamada comunicaciones, penetrarla con un entendimiento real del entorno, para evitar ser envueltos en la voz de tendencias pervertidas, ideologías torcidas o gobiernos sin integridad, seudo democráticos, que manejan las masas a su antojo, hasta que la injusticia se hace tan evidente que nadie más puede creerles.


Este es el tiempo, esta es la generación, no podemos descansar hasta que la VOZ del Rey salga por las azoteas de los medios comunicacionales, no solo como un mensaje que libre del fuego al perdido, también con el propósito de DESARRAIGAR el infierno de los fundamentos de nuestras naciones

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