CIMIENTOS DEFECTUOSOS....FAMILIAS DESTROZADAS
Por P. Sonia González
No hay nada más importante en un edificio que el cimiento; pues todo lo demás se apoya sobre éste. Edificios bellos han sido abandonados porque se apoyaban en cimientos defectuosos. Una vez vi una caricatura que describía a dos albañiles que conversaban sobre el edificio que se erigía a corta distancia de ellos …”Economicé un poco con el cimiento –dijo uno de ellos – pero dudo que alguien lo note.” Una mirada más de cerca reveló que el edificio no era otro que el que llegó en última instancia a conocerse como “La Torre de Pisa inclinada”.
Con frecuencia descuidamos la importancia del cimiento que está oculto. Una vez que se inicia la obra de construcción, el tiempo que se necesita para levantar el edificio parece interminable pero a nadie se le ocurriría negar que el cimiento es una cuestión de crítica importante, a pesar de que esté escondido. Si no se considera este simple hecho, finalmente lo que se construya encima se derrumbará.
Los matrimonios que hoy se desmoronan son la evidencia de que, con frecuencia, las parejas se casan empleando muy poco tiempo para poner el cimiento sobre el cual esperan edificar una unión que dure toda la vida. Los buenos hogares tales como las buenas casas, requieren y merecen una base adecuada.
Ningún matrimonio puede ser todo lo que Dios pretende a menos que el esposo y la esposa posean una relación íntima y salvadora con Cristo, una relación que los una en oración y servicio fiel a El.
Esta es la base sobre la cual tiene que edificarse todo lo demás en el matrimonio. Esta verdad se afirma en la Escritura en forma sencilla: “PORQUE NADIE PUEDE PONER OTRO FUNDAMENTO QUE EL QUE ESTÁ PUESTO, EL CUAL ES JESUCRISTO” 1º Corintios 3:11
¿Por qué es tan importante para dos personas que estén considerando casarse, asegurarse primero de que cada uno haya tomado esta decisión transformadora en su vida? O como lo expresó una vez una pareja ….¿En realidad importa? Después de todo, lo único que nos interesa es que queremos casarnos.
Hay 3 razones que deberían considerarse y quedar establecidas antes de dar el 1º paso hacia el altar:
ES IDEA DE DIOS, NO DEL HOMBRE.
Dios dio origen al matrimonio para que nosotros podamos honrarlo a El, para satisfacer las necesidades más profundas de intimidad humana y crecimiento personal y en última instancia para poblar la tierra con hijos que también lo honren a El.
Es imposible imaginar que cumplimos con el propósito de Dios en el matrimonio si primero no lo conocemos a El de forma personal.
ES UN PACTO, NO UN CONTRATO.
Como la institución matrimonial ha pasado a ser una mera relación humana, muchas parejas han buscado cubrirse por medio de contratos matrimoniales. Los contratos son desde su perspectiva la manera de admitir que no se puede confiar en las partes.
Después de detallar lo que cada uno espera del otro, establecen un recurso legal del que cada uno de ellos se puede valer si el otro no cumple con los términos claramente establecidos. Por último el tribunal de justicia decide quién gana y quién pierde. Por supuesto, en una relación como ésa, todos pierden.
El plan de Dios para el matrimonio es que sea una relación de pacto. Los pactos se basan en la confianza. En el caso del matrimonio, las dos personas establecen un pacto con Dios, un pacto que durará “HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE”.
En la actualidad el pacto matrimonial se sella con el intercambio de los votos:
“Ante Dios y estos testigos” y en la mayoría de los casos con el intercambio de anillos.
SE MANTIENE UNIDO POR EL AMOR DE DIOS; NO EL DE UDS.
Cuando Ud. experimenta la salvación genuina que solo Cristo puede dar, entonces se transforma en un canal del amor de Dios. Es la clase de amor sobre la que se puede establecer un matrimonio como una unión de pacto. Este amor de Dios es el que mantiene a la familia unida.
Cuando Ud. comienza una relación personal con Cristo, está estableciendo un cimiento sobre el que edificará una familia de Reino.