RASGOS ESENCIALES DEL MATERIALISMO
Por Hernán Donoso
Profesor de Filosofìa
El materialismo histórico es la filosofía propia de sistemas políticos como el marxismo y el socialismo, esta filosofía argumenta que hay dos tipos de realidad, la materia y la mente, y que la materia es la que origina a la consciencia, de manera que la consciencia viene a ser tan solo un resultado de la materia. Al asumir el materialismo que solo existe la materia y la consciencia o mente, niega la existencia de esferas de realidad distintas a la de la experiencia posible del hombre basada en los cinco sentidos, es decir, tal cual el naturalismo, presupone la inexistencia de un creador y de una identidad dada por un creador para las diversas realidades que se le presentan al hombre en la experiencia.
Por otra parte, el materialismo señala que la identidad del ser humano reside en su capacidad de producir, el hombre es para al materialismo histórico un productor, un trabajador. Escribe Ovshi Yajot, intelectual marxista, que la producción es la fuente de la vida del hombre y que la vida en sociedad [y las formas que esta adopta] son el resultado de las condiciones de los medios de producción. Para que el socialismo sea creíble y funcional necesita de una consciencia de esclavitud y opresión por parte de las clases bajas, necesita que la gran masa se perciba a si misma como abusada para que quiera levantarse sobre los que están sobre ella ya sea por la vía violenta o eligiendo en democracia a un supuesto libertador que las llevará a la deseada igualdad. ¿No existe entonces el abuso? Claro que existe, pero la forma de sobre llevarlo no es siempre de solo dos vías, el sometimiento o la rebelión. El Reino de los Cielos tiene el siguiente principio cultural, vence el mal con el bien, al que te pide dale y si te solicitan llevar una carga un kilómetro, llévala dos, y se establece en la siguiente ley, la mano diligente gobernará, pero la negligencia será tributaría. No he venido para ser servido, si no para servir, si sirvo siempre con excelencia tarde o temprano la justicia inburlable del que hace salir su sol sobre justos o injustos me alcanzará y elevará.
Si bien el naturalismo implica un relativismo moral cada vez más absoluto, el socialismo tiene un programa moral con tendencias claras. El socialismo postula que las formas de relación amorosa en la cual existe un matrimonio y el amor de pareja se vive dentro del ámbito de tal institución, son formas propias del capitalismo y parte de su sistema, dado que la esencia del hombre es la producción, toda las relaciones sociales se dan con fines económicos y el concepto de propiedad es central incluso en el matrimonio al interior del capitalismo, puesto que, según explican los teóricos del marxismo, el matrimonio es una forma de propiedad en la cual el hombre tiene derecho de propiedad sobre la mujer, específicamente sobre su cuerpo como un medio de producción, forma en que es concebida la reproducción. El marxismo y el socialismo propugnan la progresiva desaparición de la propiedad privada, con lo cual la institución matrimonial debiera desaparecer a fin de que nadie pertenezca a nadie, así el “el amor” se ejercerá libremente y los hijos que resultan de la unión sexual serán propiedad del Estado puesto que las categorías jerárquicas de padre y madre han de desaparecer, a fin de que el ideal de igualdad sea plenamente realizado. De manera que la destrucción de la familia es para el socialismo una consciencia lógica de la implantación de sus valores.
Tanto socialismo como capitalismo tienen un problema y es que tienen puestos sus ojos en el espejismo de que los problemas del hombre radican en cómo sobrevivir. Al fin y al cabo el hombre es un animal, sobrevivirá por un esfuerzo conjunto repartiéndose los frutos de su esfuerzo o lo hará de la manera individual peleando cada cual por su sustento. Ambos suenan a orfandad, estamos aquí solos y tenemos que inventarnos una forma para sobre vivir. Es Adán peleando con los cardos y las espinas y calculando como puede hacer para disminuir el sudor de su frente y fabricarse el Edén que perdió, Eva ya no quiere tener hijos porque siente que Adán la oprime y la utiliza, pero en su afán libertario no consigue sino suicidarse y volverse otro hombre que cree que se liberará por medio de abandonar sus hijos y salir a trabajar, no dándose cuenta que se pasará la vida tratando de alcanzar éxito para sentirse realizada y no conseguirá si no abaratar la mano de obra de su comunidad y aumentar la cantidad de consumidores ansiosos que el sistema necesita, su temor a ser tenida en menos hará que corra a los aparadores a fin de mes, que la ansiedad y el temor a ser oprimida y el deseo de competir la hacen un individuo totalmente predecible con el cual se puede hacer cálculos sencillos tal cual si fuera un conejo en un laboratorio.
Guerra de orígenes
En su origen la teoría de la evolución fue desarrollada por el abuelo de Darwin en el seno de un conjunto de empresarios industriales e intelectuales cuyo nombre era “La sociedad Lunar”, en plena revolución industrial inglesa, con el propósito de desautorizar la voz del cristianismo en la sociedad y poder extender su propia influencia en medio de la misma. Aún en nuestro tiempo son los grupos de poder económico, no anarquistas ni libertarios revolucionarios, los que impulsan la difusión de las ideas del naturalismo, y de temas y políticas hoy en boga como el aborto, el matrimonio homosexual o la eutanasia, tres cuestiones directamente relacionadas al control de población, porque cuando le dicen a una nación que no existe un Padre Eterno, la están sumergiendo en una cultura de orfandad, y cuando le enseñan que no es más que un animal y que no hay mayor diferencia entre ellas y los gusanos, le han robado a ese pueblo toda dignidad. Desde el naturalismo hasta la actual ideología de género, pasando por el humanismo y el socialismo, cada una de esas corrientes de pensamiento, gritan libertad cuando sólo producen ignorancia y esclavitud. Pero tenemos un Padre en el Cielo que ha determinado libertar a las naciones con el resplandor de la Verdad, esa es la razón para mirar nuestra Tierra con Esperanza y sembrar el mañana con canciones de libertad, derribando los baluartes de la esclavitud y despertando a las generaciones a la verdad inquebrantable de que un día el Padre Eterno los creó a su imagen y semejanza.