REFLEXION: EDUCAR, TAREA DE PADRES
Por Muriel Donoso
Psicopedagoga
“Instruir al niño en su camino, es conducirlo por un camino lleno de identidad y propósito”.
Al escribir el presente artículo referido a Paternidad, de alguna forma me resulta extraño, sin vivir aun la experiencia de ser madre. Pero el conocer a Dios como Padre, me ha llevado a encontrarme con mi identidad, y comprender que fui formada con un propósito. Y es aquí donde me quiero enfocar, sólo los Padres portan la capacidad de guiar al niño y niña a encontrarse con quién es, a través de una formación integral, basada en el amor y en el entendimiento de que somos personas con propósito.
Recientemente junto a un grupo de compañeras de carrera realizamos nuestro seminario de grado en relación a la educación emocional, cuya ardua y hermosa tarea recae en los Padres. Destacando aquí la importancia de que los Padres estén presentes de manera activa durante el desarrollo humano de su hijo, involucrándose en cada área de su vida, especialmente en el desarrollo emocional.
El desarrollo emocional, corresponde al proceso donde el niño y la niña construye su identidad, su autoestima, su seguridad, confianza en si mimo y en el mundo que le rodea, esto se da gracias a las interacciones que el niño establece con el medio, a medida va creciendo. Durante este proceso se considera que los padres son los principales agentes socializadores del niño y la niña. Y por esto se les atribuye la responsabilidad de guiar al niño en este proceso.
¿Cómo el ejercer una nuestra paternidad, incide en el desarrollo y aprendizaje de nuestros hijos e hijas?
Nuestros hijos e hijas requieren de la participación activa y del compromiso de Padres que les acompañen, les enseñen, les corrijan, les amen, durante su camino de formación, con paciencia y dedicación. Gracias a esta participación activa, potencias en el niño y la niña, sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Lo que implica que cuando el niño emocionalmente está sano, esto permite a nivel cerebral mejorar el razonamiento, la resolución de problemas y el procesamiento de la información, y maximizan la atención, la retención y el recuerdo, la flexibilidad cognitiva, entre otros procesos que conducen a un aprendizaje significativo, tanto a nivel escolar como social. Así también su desenvolvimiento como ser humano, que aprende y crece gracias a las relaciones que establece con quienes les rodean.
P a d r e s c a p a c i t a d os p a r a e d u c a r a s u s h i j o s
El educar a nuestros hijos, no es tarea de otros, no es tarea del gobierno, no es tarea de la escuela, no es tarea de las comunicaciones o tecnología. Es nuestra responsabilidad. Somos capacitados por Dios, portamos en nuestro espíritu la imagen del Padre.. Portas dentro de ti, toda herramienta necesaria para criar a tus hijos en la justicia y verdad, en el amor y la misericordia, para conducirlos en el camino dispuesto para ellos. Tus hijos desde antes de nacer sabe que eres su padre su Madre; lo que significas para él, no eres cualquiera…, ellos no nacen esperando a otro que les enseñe hablar, no nace esperando a otro que le enseñe a ponerse de pie después de una caída. Esto es gracias al vínculo de amor, gestado entre tú y tus hijos e hijas, donde se da el apego, entendiendo éste como el vínculo que se genera entre ambas partes, a través de una caricia, de una mirada, de la voz, las palabras en una interacción constante.
Una paternidad, basada en el amor, el cual todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta y que nunca deja ser (1º Corintios 13:7-8) Te permitirá caminar con tu hijo e hija de la mano no buscando encontrar un éxito y felicidad momentánea, sino que proyectándote hacia las próximas generaciones, formando hijos con identidad, con propósito, con carácter, con valores. Fundamentados en aquel que nunca deja de ser. Firmes en la realidad de quienes son y quienes no son. Ésta es tu tarea!
