REFLEXION: EL ORGULLO PISOTEADO DE CHILE
Meditaba yo hace unos días atrás acerca de un artículo escrito por el portal web: el país.com, titulado “La vanidad herida de Chile”, y recordaba que tan solo hace unos meses atrás Chile se jactaba de ser uno de los países con la mejor economía a nivel latinoamericano, un país que visto desde el extranjero era uno de los mejores para invertir, un país que se decía llamar “los ingleses del continente”, y que se jactaba del milagro “chileno” por causa de la economía de la nación. Pensaba en todo esto y en lo que ahora está ocurriendo en nuestra nación, y puedo contemplar como el orgullo del chileno está siendo pisoteado, viene a mi mente la cita que dice en Proverbios 16:18 “Delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu”.
Toda la destrucción y la caída es por causa de nuestro orgullo y altivez, toda la destrucción ha venido por consecuencia de que hemos sido orgullosos, y la única forma del vencer el orgullo es humillándonos. Mientras veía el desastre del norte de Chile y quedaba asombrada del aluvión que barrió con varias localidades de manera tan violenta podía entender que todo ese barro que veía correr y arrasar con todo así es el barro que hay en nuestro corazón. Mientras contemplaba las olas del lodo que se formaban en las calles veía que así mismo debía ser retirado el lodo, el fango de nuestro corazón, y que era necesario que nuestra nación sea remecida pues el orgullo solo lleva a la autodestrucción misma, y puede llegar a destruir una nación. ¿Por qué el orgullo debe ser sacudido de nosotros, porque debe venir la humillación? Yo tuve un maestro experto en consejería, y el siempre decía que era imposible que alguien se diera cuenta por si solo que es orgulloso tan imposible como tratar de que tu te mires tu propia frente. Sólo cuando estamos abatidos y hemos sido humillados nos damos cuenta de nuestro corazón, solo cuando hacemos callar nuestro “yo” y reconocemos que no podemos, que necesitamos de los demás, que necesitamos ayuda, que necesitamos a Dios recién ahí podemos ser restaurados.
¿Te has puesto a meditar como fue que Chile alcanzó un “buen” sistema económico? ¿Cómo fue que llegó a ser deseable para la inversión extranjera?
Llegó a ser todo lo anterior explotando a su gente, con horas de trabajos excesivas, con sueldos miserables, y han sometido por causa de esto al endeudamiento de los habitantes, todo el consumo básico en un hogar con precios altísimos, gracias a esto familias completas se han destruido, hijos abandonados por causa de la subyugación económica. Las altas tasas de interés de los bancos, las ofertas mentirosas de las casas comerciales donde se termina pagando dos o tres veces el valor del producto adquirido. Todo este sistema económico ha sido sustentado por el robo, ¿Dígame Ud. si el valor de la luz y el agua en Chile no es carísima? El alto costo de los combustibles ¿Acaso no es un robo?
A todo esto súmele la corrupción a nivel político, toda esa “igualdad” no es más que un discurso sin forma ni fondo, donde aquellos que han hablado de “igualdad” son los que más beneficios han obtenido de nuestra nación y se han enriquecido. ¿Se puede llamar igualdad que un político gane millones de pesos y una persona jubilada gane una miseria?
Crea usted o no en Dios hay una ley espiritual que la podemos ver operando en lo natural que dice así: “lo que yo siembro eso cosecho”, si un campesino siembra maíz cosechará maíz, si Chile es un país corrupto ¿Qué es lo que vamos entonces a cosechar? Obviamente vamos a cosechar destrucción. Si hacemos lo malo, podremos cosechar lo bueno? Absolutamente No. Detrás de todo esto que está sucediendo que no es más que el juicio de Dios sobre la nación, está mostrando que sea lo que sea que el hombre pretenda edificar y de mala manera todo será destruido, pues hay un Dios que gobierna, y el humillará al altivo y lo mirará de lejos.
¿Qué es lo que tenemos que hacer? Arrepentirnos de todo el orgullo y la soberbia que tenemos en el corazón, clamar por salir de las tinieblas a la luz, clamemos para que nuestro corazón sea cambiado, lloremos porque la nación está siendo sacudida, humillémonos ahora que sabemos porque está sucediendo todo esto, saquemos el lodo de nuestro corazón, la maldad que hemos tratado de ocultar, porque hay una gran verdad que dice “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, ni secreto que no haya de descubrirse” (Marcos 4:22).
Grande es Dios que no nos ha desechado por todo lo que hemos hecho, es tiempo de arrepentimiento, es tiempo de salir a la luz…