TESTIMONIO: ¡GRACIAS DIOS, PORQUE SIEMPRE FUE TU VOZ LA QUE ME GUIO A TI!
Me presento, mi nombre es Ricardo Irribarra, tengo 15 años, soy de Concepción, y para mí es un verdadero honor poder ser parte de la voz que se levanta con este amado diario. Lo que me pidieron hacer fue escribir acerca de mi testimonio, y mi anhelo es que este te ayude a amar de una forma mucho más profunda a Cristo para así lo puedas ir conociendo cada día más.
Comencemos, de pequeño siempre creí en Dios, mi familia materna y paterna siempre ha sido cristiana (puedo decir que mucho de lo que soy hoy es gracias a lo que ellos hicieron en Él), pero no tenía una relación íntima con Él. Cuando tenía 7 años aproximadamente (en este periodo de tiempo yo estaba en un colegio llamado colegio concepción chiguayante) acontecieron unos hechos que bajaron no tan solo mi ánimo, sino también el de toda mi familia. Mis padres se habían separado, mi abuelito había sido diagnosticado de dos cáncer, a mí abuela le habían diagnosticado artritis, entre otras cosas… como pueden ver no era un escenario muy lindo que digamos, pero gracias al Padre todas las cosas tienen un porqué.
Más adelante, en el año 2011, me cambiaron de colegio al mismo en el que estoy ahora, el colegio concepción. Mi papá llevaba un tiempo asistiendo a la iglesia Ministerio Reino de la Luz, y en la mitad del año me comenzó a invitar. Poco a poco comencé a ir, en un principio me llamaba mucho la atención todo el tema de la adoración, por el simple hecho de que no entendía nada. Poco a poco mi interés comenzó a incrementarse y sin darme cuenta ya estaba yendo al culto todos los domingos. Inconscientemente pensamientos entraban en mi mente, muchos de ellos tenían relación con el porqué de las cosas que les contaba anteriormente. Mi cultura estaba en un proceso de cambio, de una cultura floja y acostumbrada a que siempre te den a conocer las cosas, a una dinámica, que si quiere saber algo, esta se dispone a buscarlo. Todo esto lo vivía sin ser consciente de que era Él quien estaba haciendo estas cosas en mí.
Comienza el año 2012, y la iglesia, junto con otro ministerio, organiza unos bautizos; para ser sincero todo lo que yo era quería ser bautizado, pero por distintas razones no podía hacerlo. Mientras se bautizaba la gente, estaban mis amados amigos del ministerio Reino de la Luz ministrando y en eso, yo voy al lugar donde estaban, me siento en el suelo y me puse a llorar de una forma imparable, sabía que era la presencia del Señor la que me causaba eso, pero no tenía idea de lo que el Padre nos tenía preparado ese día…. Luego de estar unos 8 minutos llorando aproximadamente, trate de abrir los ojos y no pude, y vi lo que parecía ser un río, santo y puro. Lo estaba viendo desde su interior, estaba sumergido en él, cuando de repente del mismo río se formaba una luz, la cual se metió en mi corazón, y eso fue lo último que vi. Luego se me acerca una hermana de la congregación a decirme algo, y fue el mismo Cristo. Mientras escuchaba su voz comenzaba a entender los porqué de las cosas que les conté más arriba (la separación de mis padres, enfermedades, etc), junto con ello los propósitos que tenía en cada situación y aún más cosas, como por ejemplo el porque me había cambiado de colegio en un año 11. Mi reacción frente a esto fue darle todo lo que yo soy en adoración, pues no sabía que más hacer, ahora uno mira hacia atrás y solo puede decir: gracias Padre, porque siempre, siempre, siempre fue tu voz la que me guío hacia ti…
Desde ese día mi determinación por seguir al Señor ha ido de aumento en aumento y puedo decir con certeza que su rostro, que los misterios que hay en su rostro son fieles y verdaderos. Creo y sé que lo que me pasó para entrar a vivir en este Reino no es absolutamente nada a todo lo que es este tremendo proceso de nacer de nuevo, continuamente debemos ir entrando en este reino eterno, que es más que suficiente, tan pero tan abundante que nos invita a dar y a darnos a nosotros mismos.
Finalmente decirte que lo único que debes hacer para conocer al Cristo vivo es tener hambre y sed de Él; Él mismo dijo, yo soy galardonador de los que me buscan, y ese galardón es el lograr conocerlo. Mi anhelo es ver no tan solo nuestra nación llena de hijos, sino ver todo lo creado en su diseño original, y el Padre quiere que tú seas parte de esta reforma, y para eso debes conocerlo para luego así y solo así gobernar con Él desde Él mismo.
Jesucristo es el Principio y el Fin.