TESTIMONIO: NO TEMAS, TU PUEDES SALIR ADELANTE...
Mi vida empezó por el clamor de mis papas a la virgen de Guadalupe, para que les concediera una niña, porque ya tenía una niña y dos niños.
Nací, era la alegría del hogar y me pusieron el nombre de Guadalupe.
Era una niña muy feliz, muy consentida de papa, quien me apoyaba en todo, y hasta cubría mis faltas, lo cual molestaba a mis otros hermanos, porque no me corregían como a ellos y yo no era consciente de aquello.
Todo cambio cuando cumplí mis 10 años. Hice la primera comunión vestida de monja y mi cuerpo empezaba a sentir los cambios de la pubertad. Tenía vergüenza de aquello y me sentía cohibida. Mi hermano mayor, empezó unos juegos extraños con una compañerita de juegos de la vecindad, los cuales consistían en pasarse encima mío como que fuera un auto sobre un puente. Eso sucedió dos veces y yo dije nomas. Aquella alegría que sentía se fue y llego la introversión mezclada de culpa en mí.
A los 11 años, mi mama, por ignorancia, me consagra a la virgen de Fátima y empezó mi martirio. No podía dormir en ciertas noches porque sentía espíritus inmundos que estaban sobre mí. Era muy horrible y no sabía qué hacer. Le contaba a mi mama, quien en su afán de ayudarme, me compro pijamas amarillas y me recorto el cabello. Para mi alegría, terminaron esos ataques nocturnos, sin embargo, aquella alegría en mi se había esfumado y no era más aquella niña feliz de vivir.
Durante mi adolescencia fui muy cohibida y retirada, me enfocaba en los estudios y en sacar buenas notas. No tenia amigas, solo compañeras de estudio, con quienes compartía en los recreos y las tareas. En una de aquellas horas libres que teníamos, por curiosidad, con mis compañeras participe una vez en la Quija, me hice leer las cartas y "lectura" de la mano con una cadena de oro. Si hubiera sabido en esa época que eso tenía graves consecuencias en mi, nunca lo hubiera hecho.
Al finalizar el colegio, estudie para ser maestra de educación primaria y pude compartir con mas compañeras de clase durante las prácticas. Empecé la universidad y mi refugio era poder compartir con los niños por la pureza de su ser e inocencia en ellos. Estudie luego una licenciatura en psicopedagogía, la cual, nunca la ejercí como tal.
Trabaje 7 años como maestra, mientras con el boom del internet, empecé a explorar lo desconocido y a tratar de encontrar "amistades" por internet, porque me sentía incapaz de hacer amigos en persona, debido a mi introversión.
Con el tiempo, me di cuenta que gaste mucho dinero y tiempo, en lugar de haberlo ocupado en cosas mucho mas útiles. Encontré gente que solo quería pasar el rato y muy pocos "cyberamigos" que valieran la pena, los cuales los perdí con el tiempo.
Luego, encontré a un amigo de mi ciudad en los chats, quien me comento que trataba con gente de varios países y eso me gustaba a mi porque sabía ingles. Me propuso trabajar con él durante mi mes de vacaciones en la escuela, y si no me gustaba, podía regresar a ella. Acepte el trato, me gusto y renuncie a las escuelas en donde trabajaba. Era una nueva experiencia para mi, el tratar con adultos en un trabajo y cada uno tenía su historia. Hubo veces que extrañe a los niños, pero ya había tomado una decisión y no podía dar marcha atrás. En esa época, conocí a muchos extranjeros, porque eran nuestros clientes en la agencia de viajes y también, conocí amigos. Al ganar mucho más dinero que la escuela, podía darme algunos lujos, aunque no estaba asegurada. Sin embargo, aunque desde mi niñez iba a la iglesia católica, me daba cuenta que todos los años eran los mismos textos, las mismas fiestas, los mismos programas y estaba cansada. Yo iba con mis papas por cumplir con la tradición y para que no me retara, por costumbre, pero nunca vi un cambio en mi. Fue ahí cuando empecé con el feng shui, la brujería de piedras, lectura del tarot por internet y continuaba con la lectura del horóscopo para "saber", cuál sería mi "destino".
Me fui hundiendo cada vez en eso, y después empecé a buscar amigos por chats en la net. Eran todos unos libidinosos que solo buscaban un rato de placer. Después, empecé a ver pornografía y cometer inmoralidades. Sentía que iba cayendo en un pozo y no sabía cómo salir y me deprimía.
Después, también practique fraude falsificando la firma de mi jefe en unos documentos, mientras guardaba rencor y resentimiento a mis compañeros de trabajo. Tenía jornadas laborales muy extensas, que yo me auto impuse, para evadir mi realidad de ese momento. No tomaba vacaciones y ni disfrutaba momentos de compartir en familia. Mucho después, renuncie a un trabajo (en la tercera vez que me decidí) en una multinacional porque me canse y fue en ese "descanso", que El Señor Jesús empezó a tratar en mi todas aquellas cosas erróneas que yo había hecho. Veía dos programas de predicas por televisión, que al inicio era por ver algo pero luego después fueron muy buenas porque dispuse mi corazón a escuchar y así acepte al Señor en mi corazón, después de haberme traído convicción de pecado y haber pedido perdón por toda la porqueria que había hecho. No dormía en las noches, conversando con El y ya había empezado a leer diariamente la biblia, aunque para ser honesta no entendía mucho.
Empezó un proceso de limpieza en mi que todavía continua. Con su gran amor y misericordia, me saco del rechazo, inmoralidad sexual, brujería, de amargura, rencor, resentimiento, envidia, de maldecir con mi boca, soledad, fraude entre otros. En esos procesos, falleció mi papa, mama fue rescatada de la muerte, por problemas del corazón, tuvo tres ataques cardiacos graves, una operación fallida y ya esta recuperándose en casa. Se ha restaurado la relación familiar con mis hermanos y estamos unidos, entre otros.
Para finalizar, puedo decir con total confianza que todo es posible si puedes creer. No temas, tu puedes salir de toda situación en que estés, solo confía en El y El hará!!!
Toda la gloria y honra es para Jesucristo.