REFLEXION: CUIDANDO EL HOGAR...
Mi nombre es Omar llevo casado ya 20 años, cuando conocí a mi esposa todo me parecía hermoso, como se dice:”color de rosa”, desde el momento que la observe supe que era la mujer de mi vida y que sería si o si la madre de mis hijos…. Cuando comenzó nuestro noviazgo al cabo de tres meses le pedí que fuera mi esposa, ella no quería, no porque no me amaba sino que consideraba que éramos muy jóvenes y que debíamos conocernos un poco más. Sabias fueron sus palabras y sus argumentos, ya que teníamos que saber con certeza clara si seriamos el uno para el otro. Al cabo de cuatro años contrajimos matrimonio, esto fue en julio de 1995, no paso mucho tiempo cuando tuvimos nuestro primer hijo, la consumación de nuestro amor echo vida, tangible, no solo palabras, sino que manifestado a través de ese hermoso regalo enviado del cielo, con la llegada de nuestro hijo empezaron muchas interrogantes y preguntas que yo me hacía cada vez que lo miraba, tales como : ¿Seré un buen padre?, ¿Seré lo que él espera de mi?.... ¿Cómo lo hago?... ¿Qué hago?......, Perturbadoras eran esas preguntas, ya que desde pequeño no tuve buenos ejemplos de mi padre, muy por el contrario, a los 15 años tuve que tomar la decisión de trabajar y dejar de lado los estudios, ya que mi padre era adicto al alcohol; como podrán darse cuenta mi modelo no fue el mejor.
Para mi, el traer un hijo al mundo no es sólo la unión de dos personas, sino que hacerse cargo toda la vida por ese ser que haz traído, donde has sido comisionado para una labor que va más allá de traer el alimento a la casa, sino que ser un verdadero PADRE…. Muchos temores vinieron a mi mente cuando lo tuve entre mis manos, sé que era una gran labor que se me había entregado y que era afortunado por este gran privilegio.
Un día me propuse en mi corazón dar todo de mi, deje mis malos hábitos , mis amistades ya no las visitaba como antes, deje de salir por las noches, rechace muchos trabajos fuera la región por estar con mi familia, ya que entendía que no era sólo, que había responsabilidad en la crianza, el de formar a mi niño y después a mi niña también, para este tiempo en el que vivimos, comprendí que mis actos traen consecuencias, que lo que siembre eso voy a cosechar, que en la medida de entrega y sacrificios formare un gran hombre y una buena mujer.
El cuidar mis hijos me llevo a entender que si no lo hacía, formaría hombre y mujer carente de muchas cosas, inseguros, influenciables, no habría solidez en sus decisiones, temerosos no teniendo clara su identidad, que a cualquier corriente de este mundo seguirían, por lo que llegue a la conclusión que si o si debía haber un vuelco en mi vida, comencé a ver mis falencias y debilidades mire en lo más profundo de mi ser y llegue a esta conclusión DAR AMOR, esto se refleja en un amor manifestado a través de las “palabras” donde abro mi corazón y mis sentimientos de admiración se que son atesoradas en sus corazones; el premiarlos con “regalos” por sus esfuerzo, notas , días de cumpleaños, finalización de año, etc , ven que les importo; la disciplina implantada a través de normas o reglas y toda “corrección” son demostraciones de mi preocupación por ellos, el “tiempo” que pasamos juntos como familia son sagrados, donde compartimos, nos reímos y donde hablamos de nuestras vidas, son tesoros importantísimos que atesoran, en todo momento hay “contacto físico” a través de abrazos y caricias, son verdaderas manifestaciones del inmenso amor que este padre les tiene. El respeto integro a mi esposa y el amor incondicional que ella me tiene son los pilares que sostienen nuestro hogar, sé que he aprendido mucho en este camino que Dios trazó, ha sido luz, ha sido y sigue siendo pieza fundamental en mi vida. El atesorar y hacer su palabra hace que mi rol de padre se proyecte, el entendimiento de que es ser Padre, de todo lo que haga voy marcar a mis hijos, a mis nietos y bisnietos, cada principio y valor que les inculco…. PADRE es destino, y en ese proceso estoy y lo seguiré llevando a cabo hasta el día que parta de esta tierra, seguiré marcando el destino de mis generaciones, confiando que llegarán mucho más alto de lo que he llegado, sé y tengo la certeza que la formación que han llevado y siguen llevando, serán una gran bendición para este tiempo, ayuda y aporte a la sociedad con principios claros, fundamentados en la verdad. El poder entender esta gran verdad ha provocado un cambio muy grande en mi como padre, ya que todo lo que hago, esto quiere decir lo bueno y lo malo tendrá repercusiones en mis hijos y en mi generación, deseo que cuando en esta tierra yo no este sea recordado como un hombre lleno de temor de Dios, de valores, principios y que luchó en contra de las adversidades de este mundo, que fue un luchador donde se marcó el destino de toda mi casa.