REFLEXION: EL PROPOSITO E IMPORTANCIA DEL HOMBRE EN LA FAMILIA...
Hoy en día la sociedad ha caracterizado el rol del hombre dentro de la familia como el proveedor del sustento económico para hogar, esto ha limitado considerablemente la capacidad de manifestar el diseño que Dios tiene sobre el matrimonio y principalmente el rol de éste, sobre las generaciones que se conciben a partir de este vínculo.
Uno de los principales propósitos del hombre en la familia es ser marido, esto nace de entender que junto a su esposa son una sola carne y que este vínculo nace de un pacto eterno fundamentado en el amor del Padre. En términos prácticos las motivaciones de toda decisión que el hombre toma como cabeza del hogar, se fundamenta en el amor a Dios, amor a su esposa y amor a sus hijos.
Ahora bien, a nosotros los hombres nos gusta mucho cuando en Efesios capítulo 5 la palabra indica que el varón es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la iglesia, sin embargo esto implica que debemos entregarnos por ella así como Cristo también lo hizo por la Iglesia. En esta parte es cuando la Palabra del Señor comienza a juzgar los conceptos de este mundo que aún se encuentran arraigados en nuestras mentes, y empieza a llamarnos al arrepentimiento. Este cambio de mentalidad nos lleva a entender que no solo somos el sustento económico del hogar, sino que también somos buenos para hacer el aseo en la casa, lavar la losa, cambiar los pañales y una serie de actividades que creíamos eran propias de la mujer.
La voz de Dios en la familiaAsí como Cristo lo hizo por la Iglesia, el hombre debe velar por medio de Espíritu Santo que la voz de Dios sea el sustento y la herencia de la familia. Hoy en día vemos en las con
en sus hijos y generaciones.
Por sobre todo bien material, por sobre toda enseñanza, por sobre todo título profesional, estoy convencido que la voz de Dios es el principal legado que podemos dejar a nuestros hijos, es en esta dimensión que ellos encuentran su identidad, su propósito y su camino, todo lo demás vendrá por añadidura según sean los diseños de nuestro Padre Celestial.
Es aquí que surge como propósito del hombre en la familia, el resguardar que nuestros hijos manifiesten los frutos del Espíritu, estos de acuerdo a lo descrito en Gálatas capítulo 5:22-23 son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio, para ello debemos dar consejo, entrenar, delegar, confiar, corregir y principalmente predicar con el ejemplo de forma que no solo sea un hábito generado en su mente, sino que además sea una ministración a su espíritu.
Manifestar un ambiente de Reino
Así como en el cielo, así también en la tierra. Así como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo siempre están de acuerdo, así también el esposo y la esposa deben estar siempre de acuerdo, este principio es fundamental para construir firme sobre la Roca. En mi generación nacimos en un ambiente de autoritarismo y machismo, donde principalmente el hombre era quién tomaba las decisiones sin muchas veces consultar la opinión de la esposa, como por ejemplo todo lo relativo a inversión o al gasto del ingreso familiar, esto generaba sentimientos de injusticia, desigualdad, competencia, entre otros pensamientos y efectos que generaban divisiones que impactaban en el ámbito familiar. De esta forma como hombres hemos entendido que la comunicación debe ser fluida con nuestra esposa, sin omisiones, en orden y respeto. Las decisiones se deben tomar de manera conjunta, así como también la comunicación de estas a nuestra familia.
Nos queda mucho que aprender para manifestar el diseño original de la familia, pero sin duda el Señor está trayendo más luz y a mayor luz, tenemos mayor responsabilidad sobre las generaciones de nuestra nación.
Génesis 2:24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.
gregaciones, en su mayoría mujeres, dando luchas enormes por llevar a sus familias a Dios, creo que los hombres deben tomar la bandera y unidos a su esposa luchar por guardar la manifestación de la simiente de vida