REFLEXION: PORQUE OPTAMOS POR LA VIDA...
Hace unos meses recibimos la noticia más hermosa que un matrimonio puede recibir. Luego de 4 años de espera finalmente, estamos esperando un Hijo. Con el pasar de las semanas y siguiendo el desarrollo de nuestro bebé llegaron noticias no tan buenas que hoy es un diagnóstico de genopatía grave que hasta el momento contempla onfalocele (intestino y posiblemente otros órganos fuera del cuerpo) malformación en la espalda, pie bot (pie derecho curvo) y cráneo en forma de fresa.
Su porcentaje de probabilidades de sobrevivencia antes del parto o incluso luego del parto, si llegamos, es nulo, un 0% y ya tenemos 16 semanas aproximadamente, es decir 4 meses, tengo una pequeña pancita que espero siga creciendo, y hemos visto a nuestro bebé moviéndose, hemos oído y visto su corazón latir y a pesar del diagnóstico y que dos médicos nos han sugerido abortar, para nosotros no será jamás una opción.
Nuestro bebé, nuestro primer bebé tiene el diagnóstico más lapidario que pueda existir y esta realidad es algo que nunca pensamos íbamos a vivir, pero ocurrió, y nos ofrecen matarlo. No sé si tú que estás leyendo tienes hijos (dentro o fuera del vientre) o eres hombre o mujer, o si simplemente una persona que algún día piensa en tener una familia y si no, debes ser parte de una. He aquí lo que pensamos:
Un hijo muestra síntomas de estar enfermo, por lo general cualquier padre se preocupa, lo lleva al médico, te dicen que está grave. Si este “hijo” está fuera del vientre, casi siempre, en cualquier lugar te van a ayudar a salvarlo y que se recupere y si por desgracia llega a tener altas posibilidades de morir, te dejarán estar a su lado hasta que literalmente su vida se apague sola, no sin antes haber hecho todo lo humanamente posible por salvarlo. No conozco país en donde te ofrezcan asesinar a un niño enfermo "fuera del vientre".
Curiosamente, por un concepto más bien unido a la "ubicación, tamaño y categoría científica" de tu hijo esta actitud cambia. Si está en tu vientre y es pequeño, es embrión o feto y tiene un diagnóstico letal como en de nuestro amado bebé, uno pasa por las mismas etapas, te preocupas, vas al médico, te dan el diagnóstico pero te ofrecen "literalmente matarlo". La medicina tiene muchas soluciones para ayudar, pero cuando llega a un límite, y no sabe realmente que hacer, su primera reacción es “abortar” “desconectar” “abandonar” y no da cabida ni a la fe ni menos al amor.
No logramos entender a las personas que apoyan el aborto en cualquiera de sus formas, porque el día que oímos latir el corazón de nuestro hijo nada fue igual. ¿Qué padres en su sano juicio en el momento en que su hijo es pequeño, está enfermo, grave y más les necesita, piensan en matarlo? Leía hace unos días este planteamiento del gobierno para justificar la segunda causal del proyecto de ley de aborto. Ella plantea que en los casos como el nuestro, en que el “embrión o feto” padezca una alteración estructural congénita o genética de carácter letal, la mujer podrá decidir si interrumpe o no su embarazo. Dicen:”Forzar a la mujer a llevar a término tal embarazo, o bien obligarla a que espere la muerte del feto, supone mantenerla en un permanente estado de duelo.” Volví a leer y mi primer pensamiento fue: acaso ¿no vamos todos a morir algún día? La certeza de la muerte en el ser humano nunca ha sido motivo para ver gente triste o en permanente duelo por la vida porque “algún día va a morir”. Cuanto pueda durar la vida no debería determinar su valor, dónde está la vida, si dentro o fuera del vientre tampoco, si no más bien, y esto para aquellos padres con embarazos complejos que algún día lean esto: “Si sabemos que la vida literalmente es un suspiro y la de nuestros hijos será simplemente un suspiro más breve, porqué no hacer de esos instantes los mejores que puedan existir y llenarlos de un amor que nunca puedan olvidar ni el bebé ni ustedes. Nadie sabe cuándo vamos morir, solo que vivimos hoy, nadie ha comprado nunca un “mañana”.
Nosotros somos papás hoy, y desde que supimos que nuestro bebé estaba ahí, nuestra responsabilidad por su vida inició, y el doctor nos dijo que podíamos o no comer, que podíamos o no beber o incluso hacer para “cuidar su vida”, eso fue casi a la par con el latir de su corazón, cuando aún su cuerpo ni si quiera parecía humano, porque nosotras como mujeres, una vez confirmado el embarazo, debemos cuidar hasta lo que respiramos, literalmente...y no porque que lo diga la Biblia o un creyente, te lo dicen los médicos y sus consejos, crean o no crean en un Dios.
Nos da alegría poder decir NO al aborto desde esta realidad y hemos decidido contar de nuestro bebé que nació para dar un ejemplo de vida diferente, para que más padres sepan y entiendan un concepto de Vida que muchos no comentan, aunque está dentro de las cosas que puede que nos toque vivir en primera persona, y que es real desde el comienzo, para que bebés como el nuestro no vuelvan a ser escondidos, porque nadie te cuenta de los bebés muertos en el vientre, porque es feo, porqué es difícil, porqué es triste a ojos del mundo, o simplemente da lo mismo porque, según la ciencia, tienen categoría de embrión o feto y no de “hijo”. Este tipo de realidad que nosotros vivimos, que es una lucha por la vida, que incluso necesita más amor que si tu hijo viene completo, sano y con todos sus órganos en su lugar, es una realidad de vida y nuestro bebé es un luchador y nosotros lucharemos a su lado.
Nosotros damos gracias de que nuestro bebé está todos los días con nosotros, que no tenemos que dejarlo en un hospital conectado a mangueras o respiradores sin poder estar a su lado las 24 hrs. Que éste bebé está conectado sólo a mi y a nuestro amor como matrimonio, como familia junto a todos los amigos entrañables que nos acompañan en esta aventura tan inesperada y diferente, que probablemente nadie muestra en un comercial, porque simplemente “las malformaciones y el amor verdadero no vende”.
Con mi esposo creemos en Dios, y Él nos ha hecho entender nuestra paternidad hoy, no luego del nacimiento de nuestro bebé, y entendemos que para Él no existe diferencia en el valor de la vida, valor que el mundo da según la ubicación, tamaño o categoría embrión/feto, no por la vida en sí misma.
Hoy la vida de nuestro hijo está complicada, NO lo vamos abandonar, ni lo vamos a eliminar, NO vamos a acabar con su vida, y sin duda alguna, lo vamos a acompañar y vamos a hacer todo lo que humanamente y en fe los padres hacen delante de sus hijos enfermos durante todo, todo, todo, todo su camino, y lo primero que ya hemos hecho, es confiar que el Señor tiene el control de todo y que Él conoce todas las cosas, y que nosotros lo entregamos en Sus manos mucho antes que su corazón latiendo fuera una realidad, ya que literalmente nosotros no hemos hecho nada para que su hermoso corazón comenzara a latir...porque cuando hablamos de “nuestro hijo” entendemos que decir “nuestro” no significa propiedad, si no amor, y que ese relojito pequeño y poderoso latirá hasta que Dios así lo determine.
Este bebé es una luz que damos a conocer para dar luz al mundo en nombre del Señor, porque queremos romper los ideales de perfección y felicidad que nos vende la publicidad y el mundo y poner una verdad mayor; que es que no siempre las cosas salen como uno espera, y que siempre vale la pena luchar, sobre todo si es por la vida de tu hijo, que el amor es el que perfecciona las realidades y no la medicina. Queremos decir que la mayor malformación genética no se da por una genopatía grave, por un onfalocele o un pie curvo, si no por un corazón desvinculado del verdadero amor, ese amor que te abraza, que se arriesga, que va hasta el final y está presente cuando más se necesita, que cuida al frágil, al desvalido, al que depende de ti, al que no pidió si quiera nacer o vivir, al que en su fragilidad tiene tanto valor como la vida más extraordinaria que hayas podido conocer.
No sabemos cuanto tiempo el Señor nos permitirá disfrutarlo o si logrará nacer, pero sabemos una cosa, su vida es tan valiosa, tan bella como si viniera en perfectas condiciones y lo más importante, su vida está en manos del Señor y nadie, solo el Señor, tiene derecho a determinar cuanto durará, por que los milagros ocurren todos los días y puede que otro más nos alcance, aunque siendo justos, nuestro milagro vive en mi vientre, tenga el diagnóstico que tenga y nuestro milagro es entender la vida desde otra dimensión que sin duda nos enriquece como matrimonio. Nuestra vida se determina por las oportunidades que tomamos e incluso por aquellas que decidimos no tomar y es una verdad que ningún problema te hace feliz, pero siempre hay maneras de transformalo en algo extraordinario. El estar dispuestos a aprender y crecer y descubrir nuevas formas de disfrutar del camino, depende, literalmente, de cómo preferimos pasar la tormenta. Nosotros sabemos que la vida es bella, sin importar las circunstancias por las que hay que atravesar. Nuestra fe transforma la adversidad en oportunidad para conocer un amor que no estaba en nuestros registros, que no pensamos sentir como hoy lo sentimos.
Abraza la vida mientras el corazón late, ama el ahora con todo, perfecciones e imperfecciones, con dolor y con gozo para que puedas agradecer el ayer, y no te pierdas el hoy. Alguien dijo que El amor es así, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta y estamos felices de tener el control de una cosa...en lo que de nosotros dependa, ninguna persona pondrá un dedo sobre nuestro hijo para quitarle su preciosa vida y eso es definitivo, porque amamos a bebé y estamos felices de ser sus padres. Hijo/a Te amamos y estamos a tu lado...todos los días, hasta el fin.