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La Voz de La Verdad

EL MONTE, SE DERRIBAN TUS IMAGENES...



Observé tus adobes, tus tejados, vi tus intrincados caminos, escuché el ruido de tus calles, me encontré con la mirada perdida de aquellos melancólicos sentados sobre tus bancas, me encontré con aquellos que caminaban desalentados, perdidos, confundidos, aletargados, vi a un par de hombres a caballo, vi tus poblaciones, vi tus pilares, y no había esperanza.


Caminando en el puente, escuchaba el fluir de tus ríos, meditaba en tu esperanza, preguntaba ¿cuáles serán tus sueños? ¿cuál es tu horizonte? y pensaba ¿cuándo vendrá tu despertar?


En tus comienzos te hiciste de tantas imágenes, tantas esperanzas, que no eran más que vacías, hiciste alianza con la muerte, esperando tener vida, pusiste cadenas en tus manos, esperando libertad, pusiste tu amor en objetos muertos, que no ven, no tocan, no huelen, no oyen, no hablan, no te aman, no te pueden ayudar, pero escogiste esperar donde no hay nada.


¡Qué absurdo!, hiciste tus votos de pobreza en una tierra llena de riquezas, te hiciste esclavo en una tierra de libertad, escogiste tus propios pensamientos, tu propio caminar, habiendo un destino tan inmenso, tan glorioso.


Vi tus miedos, tus paradigmas, tus ideas preconcebidas, las imágenes de las que tomabas tu forma, sólo te arrastrabas por un poco de pan, por un poco de “paz”, por sanarte de aquello que tu mismo dañaste. ¡Qué obstinación!


Pero sabes, también miré, y había una luz tremenda, que derribó los altares contaminados de maldad, derribó los ídolos de yeso, de madera, de metal, de concreto, los ídolos de tu historia, enrolló tu falso cielo, destrozó tus caminos subterráneos y la verdad descubrió todo y se sentó a juzgar.


Pude ver tu despertar, pude ver tu nuevo camino, pude ver a nuestros hijos caminar en libertad, pude ver a tus aguas fluir, pude ver lo que anhelaba, sonreí, y al fin te vi sonreír. --

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