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La Voz de La Verdad

ROMPER EL TABU: LA SEXUALIDAD



Quisiera poder compartir con ustedes una pequeña reflexión dada una situación puntual que ocurrió hace algunos días mientras atendía a un niño en su “control sano”. Éste es un tipo de evaluación integral en que se examina acusiosamente al niño de forma física, familiar y socio-cultural, se puede evaluar también el desarrollo psicomotor y determinar factores de riesgo y protección que pueden vulnerar la salud del niño y/o su familia. A este control ingresó una madre con su hijo menor de sólo dos años. La madre se veía vestida de forma tradicional, tranquila y de su cuello colgaba un crucifijo; todo el examen se llevó de forma normal casi de rutina, pero al momento de realizar el examen físico podía apreciar una actitud vergonzosa, casi pudorosa de la madre cuando evaluaba el cuerpo de su hijo. Una parte importante de un control sano es evaluar en el caso de un varón la presencia de sus testículos. Mi sorpresa fue grande al no encontrar ninguno de los testículos del niño, que para la edad que tenía deberían ya estar presentes, acto seguido le pregunté a la madre si había notado esto en su hijo en alguna ocasión anterior, ella me contestó que nunca se había dado cuenta, tampoco el padre. Le expliqué la importancia de que los testículos estuviesen en el lugar correcto ya que en ellos se almacenan las células que permitirán que su hijo pueda llegar a tener hijos y que la fertilidad del niño podría estar en juego si eso se mantenia a lo largo del tiempo.


Al final del control como indicación le solicité que pudiese ver un pediatra y que por mientras en su casa lo pudiesen examinar, de esta forma cerciorarnos efectivamente de que los testículos no estaban presentes. Dicho lo anterior ella se pasmó y con cara de mucha incomodidad me preguntó si de verdad tenía que hacerlo. Denotó con sus palabras y actitud que el revisar a su hijo bajo la indicación que le estaba dando se fundía más con una acción humana <<poco conservadora>> o por no decirlo en una acción que podria acercarse a algo <<inmoral>> más que evaluativo de la salud de su hijo. Ahora me rio un poco pensando en su actitud y me pregunto cómo es que le cambiaban los pañales cuando ya estaba hecho el pobre niño…


Fue en ese momento en que no pude no hacer algunas conexiones entre la actitud de esa madre en relación a la iglesia y su “santidad”. Una iglesia que se ha refugiado en mantener una santidad y de <<No Pecar>> proveniente mas del miedo a un infierno, el terror a la muerte, al dolor y la enfermedad en vez de una santidad que nace de un amor verdadero que perfecciona todas las cosas.


Y este es un terreno que la Iglesia ha querido silenciar y dejar pasar porque se ha considerado un tabú: la sexualidad… y cómo abordarla en un niño, en un puber, en un noviazgo, en un matrimonio joven o incluso en uno anciano. Tabú porque ha sido considerado algo “carnal y de este mundo”, tabú porque no son cosas “espirituales” y que además “inducen al pecado”… un tabú quizás porque ni siquiera sabemos como iglesia qué es lo que el Padre quiere en relación a estas temáticas. Sabemos de temas que han sido etiquetados con el letrero de Pecado, Libertinaje, Inmoralidad, etc y de paso algunos si lo son, pero hay otros que no lo son o que incluso están en el limbo de no saber qué haremos con ellos. No se puede tapar el sol con un dedo ni menos un aspecto tan profundo creado por el mismo Señor, porque la sexualidad es un componente elemental para la familia y la reproducción de toda especie existente sobre la faz de la tierra. Hasta los arboles de la plaza más cercana donde está usted poseen un sexo, organos sexuales y “una sexualidad”.


Es crudo pensar que mientras en los colegios se enseña sobre ideologías de géneros, el uso de metodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados e infecciones sexuales, etc… las familias cristianas no se atreven a hablar de sexualidad en el hogar porque es algo “sucio, inmoral o vergonzoso”, y las generaciones venideras se les está poniendo una soga al cuello. Al hacer una raya para la suma finalmente las instituciones que enseñan estas cosas terminan por inundar culturalmente las cabezas y corazones de los niños, jóvenes y adultos. ¡Les entregan una respuesta a sus interrogantes y a los cambios por los que están pasando! cosa que hemos dejado a un lado por falta de conocimiento y discernimiento en el asunto, y es que por falta de entendimiento el pueblo perece. Si miramos a simple vista, la Sociedad actual tiene su corazón puesto en el presente con una visión levemente prospectiva… pero la iglesia se mantiene en un futuro con una visión retrospectiva de lo que ocurre hoy.


Una cosa es cierta en una familia (cristiana o no)… finalmente al no abordar estos “temas tabúes” como la sexualidad y la reproducción en todo el ciclo vital con la inocencia y verdad profunda que poseen en sí, esos “vacíos de conocimiento” existentes se irán llenando con mitos, ideas erradas, filtrándose por los recobecos imágenes con versiones torcidas de lo que por naturaleza es puro e inocente. Dios lo creo, es santo en su orden y naturaleza es por eso que a esa fe que tenemos hay que agregar virtud, y a esa virtud conocimiento.


¿Tu como padre o madre cómo le enseñarás a tu hijo de la sexualidad?, ¿Le enseñarás tu o dejarás que otro le enseñe?, ¿Cómo podemos equipar a nuestros niños con un entendimiento lleno de inocencia y pureza sobre una sexualidad acorde sus diseños? ¿Y de lo mismo en la sexualidad de la pareja joven, adulta y anciana? La puerta ha sido tocada para que todos miremos una vez más estos temas tan relevantes y escondidos, sacandolos de la vergüenza, el temor y la ignorancia camuflada para purificarlos en el corazón y temor de Dios. No estoy hablando de un libertinaje, tampoco de una doctrina, sino de una conciencia de pureza que debe expandirse. Entonces empezará a correr una reforma cultural y familiar donde ya no será necesario marchar por las avenidas principales del País para hacer conciencia ciudadana (por ejemplo del Aborto) si no que esta nueva conciencia -que realmente involucra en parte a la sexualidad- generará desde cada hogar la potencia de la cultura del Cielo.

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