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La Voz de La Verdad

LOS REFORMADORES Y EL NUEVO ORDEN


EL ORDEN FÁCTICO Y EL SIMBÓLICO SON ESPIRITUALES

Desde todos los tiempos antiguos el hombre ha necesitado el orden y ha buscado dejar atrás el caos y lo que esto implica, no fuimos creados para la anarquía, y quienes la buscan, terminan por hacer de este un sistema predecible, un “orden anárquico”.

Este deseo de armonía se ha comprobado está en los genes del ser humano, quien busca y escoge con sus sentidos, aquello que parece más armonioso dentro de su cosmovisión.

El orden sin embargo no es algo simplemente estético, es por sobre todo algo espiritual, ya que ordenamos el mundo según las bases de nuestras creencia, pensamiento, ideología o cosmovisión.

Para los romanos en la antigüedad, el Cesar era la entidad que, mediante su ejército, ordenaba el caos, poniendo bajo el imperio las huestes bárbaras de las tribus que le rodeaban, para el Cesar y el senado, la conquista no solo era un acto de anexión de territorios, sino además el establecimiento de un nuevo orden, el del imperio Romano y su forma de paz mediante la sangre, la militarización y la adoración al Cesar, garante del orden imperial.

Para los musulmanes, el orden significa poner al mundo bajo los pies de Ala y bajo las leyes del Corán, enseñanzas de su profeta Mahoma, esto implico desde la antigüedad para el mundo árabe y el persa, la anexión de los territorios y diferentes luchas de poder interno por ser el representante del orden, como se lo adjudicaban los sultanes y sus dinastías.

El orden se desprende de alguna manera de la concepción inicial que tengan las culturas de los orígenes del mundo y su mejor manera de progresar.

Así es como en otras tierras más orientales, el orden fue por años establecido por los emperadores chinos “hijos del sol”, que basados en sus creencias se adjudicaban el mundo y la necesidad de ponerlo en orden bajo sus pies, como el sol saliente ordenaba las cosas cada día.

Para los nórdicos, el orden era una batalla constante entre Thor, Odín y su corte de dioses menores, que batallaban contra el caos de los gigantes y dioses rebeldes de la oscuridad.

Todas estas formas de Orden venían a ser sostenidos por las creencias de los que lo impulsaban, estableciéndose primero como un orden simbólico y luego uno de facto o institucionalizado.

LA REFORMA DE CRISTO QUEBRÓ EL ORDEN ESTABLECIDO

El orden Romano se fue erosionando por la fe de los hijos de Dios, que se negaban a ver y adorar al Cesar como un dios, rechazaban a continuar tratando a sus semejantes como roma y las culturas lo hacían, ellos no hacían diferencia étnica, no justificaban la esclavitud humana, tampoco el divorcio, lujuria, violencia y mucho menos el menosprecio a las mujeres, su práctica de amor al próximo y devoción absoluta al Cristo, a quien únicamente llamaban Señor y Padre, erosiono las creencias del imperio hasta dejarlo debilitado.

A donde los hijos de Dios iban, las culturas comenzaban a colapsar, la reforma de Cristo comenzaba a cambiar todo el mundo donde sus hijos llegaban.

Ellos eran los valientes que no temían actuar de maneras incomprensibles para su entorno, ellos eran los verdaderos cambiadores del mundo.

La iglesia no necesito leyes ni agendas políticas para promulgar el cambio, simplemente modelo un nuevo orden con sus vidas, este comenzó cuando Cristo estableció en la cruz y resurrección el cambio de Orden sacerdotal, antes basado en la ley mosaica y el sacerdocio Levítico, fue cambiado por un nuevo orden según la ley de Cristo en el nuevo orden de Melquisedec.

Los hijos de Dios ya no necesitarían rituales, bendición genealógica o étnica, ni tradiciones ni un edificio sagrado para invocar a Dios.

El nuevo orden había sido establecido desde los cielos en el Cristo, con juramento de Dios, seria inamovible y juzgaría por las edades a todo orden corrupto que quisiera establecerse sobre la tierra, desde lo eterno, el mundo cambiaría avanzando hacia la luz.

Ese nuevo orden acabo con la fuerza de la religión del judaísmo, con el culto saduceo, zelote, farisaico y herodiano, vacío los templos griegos, sepulto en la arqueología a los dioses egipcios y dejo en bancarrota el templo de Diana, pero también se expandió por todo el mundo conocido bajo el imperio romano, debilitando las bases en las que se sostenían los gobiernos corruptos y sanguinarios, le quito al Cesar su investidura de deidad.

Todo fue juzgado, mientras que una iglesia verdadera se expandía por los rincones de la sociedad.

Cristo comenzó la Reforma, que sería la base en las edades futuras, para toda reforma que nace de la verdadera iglesia, desde ese poder reformador fue que Lutero tomo su fuerza, de ese poder los reformadores han sido investidos.

Los reformadores son los que expresan el espíritu profético de Cristo, el amanecer de la resurrección, el día que va en aumento hasta mostrarse perfecto. La reforma no es un nuevo acto ideológico, de nuevas formas educativas, políticas o económicas, porque el REINO desde donde procede no es de este mundo.

La reforma hoy está amaneciendo nuevamente, y es primeramente un acto que nace del espíritu de Cristo, que impulsa a los Hijos de Dios a no conformarse con la mente del siglo en el que viven, un espíritu cambiador de todas las cosas, que las mejora, que las libera de opresión, de inmundicia y oscuridad, toca las áreas de influencia, económicas, políticas, educativas, etc. pero no nace de ellas.

Esta amaneciendo esa reforma y con ella los reyes están despertando, Real sacerdocio según el orden de Melquisedec, ¿estaremos entre ellos?

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