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La Voz de La Verdad

Lo que realmente fuimos llamadas a ser.


¡Mujer! No hagas caso de lo que andan diciendo por ahí, No escuches el sonido de la violencia y de la rebeldía, no te dejes engañar otra vez, no dejes que te confundan con tantas mentiras, mantente lejos de esas cuerdas que quieren atarte a un sinfín de prejuicios y vacíos otra vez. No dejes que establezcan sobre ti un diseño que no es real, porque se aleja totalmente de quien en verdad eres, abre bien tus ojos pues eso es lo que quieren destruir, si, tu diseño para que no sepas quien eres y así te pierdas en el despropósito, en la deformidad que provocan las falsas imágenes y conceptos de quien en verdad eres tú, aléjate de ellas, no te refugies en ellas, sal de esa corriente de pensamiento, y comienza a encaminarte en la verdad, en la verdad de quién eres tú.

Los hombres no son tus enemigos, no lo veas así, abre tus ojos y mira ¿Está bien hablar mal de ellos y denigrarlos? ¿No es acaso pagar con la misma moneda? ¿Quieres realmente hacer lo mismo que no quieres que te hagan a ti? Yo creo que no ¿verdad? Pues eso es denigrarse a sí mismas.

Se que en algunas culturas a la mujer aún se le mira como un ser de segunda categoría, en otras sin valor, algunos como un mero objeto sexual, sé que durante mucho tiempo se le negaron ejercer ciertos derechos, puestos de trabajo o cargos públicos, etc, y así podría nombrar muchas cosas, pero déjame decirte que a la fuerza o imponiéndose solo ha logrado desatar aún mas rebeldía, violencia y hasta odio.

Déjame decirte que no necesitas imponerte o gritar porque Si tienes valor, hombre y mujer salieron desde el mismo vientre, fuiste llenada con todo lo necesario para hacer tu tarea, el mismo que dotó al hombre de todo lo que tiene también lo hizo contigo, del mismo que le dio identidad al hombre te la dio a ti, no te preocupes tienes ¡el mismo valor que el hombre! Solo somos distintos en funciones, en carácter y biológicamente.

Por eso no trates de igualarte, porque ya lo eres ¿o acaso no lo has visto?

No busques igualarte a el porque desde el principio ya tienes el mismo valor. Recupera tu identidad no aplastando a otro, sino conociendo realmente en tu interior quién eres tú. Si pudieras ver la obra maravillosa que eres, los talentos, habilidades, creatividad, hermosura entre otros tantos que tienes no pelearías por lo que ya está. Una mujer segura de esto no necesitara del tal llamado “Feminismo” para mostrar y manifestar quien realmente es. No fuimos creadas para el odio y la venganza, sino para amar y abrazar, impulsar y cobijar en nuestros brazos a los que amamos, incluyendo a nuestros esposos e hijos varones. Y ya sea desde la casa, desde una oficina o un cargo público desde donde te haya tocado estar caminar segura y confiada, se feliz.

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