Bullying, un Enemigo silencioso.
Conocí a una hermosa niña de como 7 años. Lo que me contó me estremeció el corazón: era víctima de Bullying en su colegio. Me dijo muy triste que se burlaban de ella porque era “gordita” …¡¡Por favor!! Una niña de 7 años ya era considerada fuera de los cánones de belleza, supuestamente normales de la sociedad.
La miré con mi corazón apretado, era tan bella y tan dulce, pero ya a su corta edad estaba siendo herida cruelmente en su autoestima. Sentí rabia, impotencia y ganas de abrazarla y contenerla. Entonces le dije que la entendía perfectamente, que yo había pasado por lo mismo, por razones similares. Pero que un día había decidido reírme de mi misma para no ser el blanco de las burlas de mis compañeros. Con el tiempo, ya dejaron de molestarme. Aunque esa nueva actitud me ayudó en ese momento, el dolor en mi alma perduró por años, hasta la adolescencia y más. Solo el encuentro con el Autor de mi vida, con quien me había creado y formado tal cual soy, quien había elegido el color de mi piel, mis ojos, que me amó desde antes de que yo naciera, logró sanar esas profundas heridas de mi infancia. Finalmente la abracé y le dije cuan bella era, que su valor como persona no estaba en su físico, que era hermosa porque Dios la había creado así, tal cual era. Que la belleza estaba en el interior de nosotros. Que cada vez que la descalificaran nuevamente por su físico, no les tomara en cuenta sus palabras, sino que recordara que ella es la creación más maravillosa de Dios, porque es única e irrepetible.
Características del Bullying:
Es un tipo de violencia escolar ejercido por los mismos pares. En Chile, hasta un 85% dice haberlo sufrido. Se da mayormente en varones, ejerciendo la fuerza violenta, en cambio en las mujeres es más indirecta. Los escolares involucrados están en la etapa de adolescencia temprana, ya que en los mayores ocurre con menos frecuencia.
La influencia de los pares, el quedarse dando vueltas después de clase, lleva a conductas agresivas. Los alumnos que se van directamente a la casa y tienen buena relación con sus profesores, son menos participativos de bullying.
En una encuesta realizada por CONACE, los jóvenes que presentaban conductas agresivas, tenían además consumo de alcohol, marihuana, coca y pasta base.
El bullying no distingue clase social, el ir al mejor colegio privado no garantiza seguridad de no pasar por un episodio de violencia escolar.
Según estudios, los jóvenes con padres separados o divorciados, son más propensos a participar de estas conductas, que aquellos que tenían a sus dos padres juntos.
Otro dato es que las jóvenes con sobre peso u obesidad, son víctimas preferentes de violencia verbal y de aislamiento social. En el caso de los jóvenes con sobrepeso u obesidad, sufren aislamiento social.
Podemos analizar en ambos casos, que los jóvenes de ambos sexos que están sufriendo acoso escolar por su condición física, terminan aislándose de todos para evitar el dolor que están viviendo en silencio. La televisión, los medios de comunicación cumplen un rol importante de mostrar un prototipo ideal del físico al que debemos aspirar.
¿Cuáles son las consecuencias de las víctimas de bullying?
Síntomas depresivos, ansiedad, dolor abdominal, problemas de sueño, sentirse tenso o cansado, mojar la cama, disminución del apetito. También ideas suicidas mayormente en mujeres víctimas de bullying, también se da en varones, pero en menor frecuencia.
En cuanto a los agresores, también presentan ideas suicidas y se inclinan por conductas delictivas.
Por la fuerza que ha tomado este tipo de violencia a nivel mundial, se está abordando el tema y buscando crear conciencia del problema y buscar soluciones. Nuestros niños y jóvenes, tanto victimas como victimarios, están siendo enfrentados a un nivel de violencia que afecta su salud mental y pone en riesgo su futuro, ya que son propensos a tomar el camino criminal en su adultez.
En Chile, el MINEDUC, ha realizado diversos esfuerzos para abordar el tema. A partir de estudios por la comisión de Paz Ciudadana, la UNICEF, se ha comenzado a sensibilizar sobre el tema, entregando material informativo en los establecimientos educativos. Existen 6 pasos básicos a seguir:
1- Romper el silencio
2- Normas claras y consistentes.
3- Presencia y compromiso de los adultos.
4- Mayor supervisión en los recreos.
5- Desarrollar habilidades para resolver pacíficamente los conflictos.
6- Enfrentar los prejuicios y la intolerancia.
Ahora creo que el problema es mucho más profundo, y la raíz está en la base de la familia. Creo que como sociedad estamos fallando en entregar buenos principios y valores a nuestros niños y adolescentes. Recordemos que ellos son el reflejo de los padres. No podemos pedir que nuestros hijos no sean violentos, griten, amenacen, controlen, manipulen y peleen con sus pares, si en el interior de nuestras casas ellos viven este tipo de ejemplos. Antes que querer castigar el mal comportamiento de los agresores que cometen violencia contra otro, analicémonos nosotros mismos cuanto hemos contribuido para esto. Meditemos en lo profundo de nuestro corazón porque un niño es capaz de dañar a otro tan cruelmente y vayamos a la raíz del problema. En la mayoría de los casos, estos pequeños viven violencia intrafamiliar, abandono, soledad, carencias de todo tipo, abusos. Y lo que es peor, en nuestra nación hay una fuerte desvalorización a la vida humana. Nos hemos vuelto indolentes ante el dolor de otros. La búsqueda de bienes materiales, posición social, reconocimiento, ha llevado a los padres a olvidar que los hijos más que costosos regalos, sólo quieren pasar tiempos con ellos. Se ha relegado la educación a colegios, televisión e internet, cuando lo que realmente marca el corazón de nuestros hijos y deja un legado profundo es el tiempo de calidad que pasemos con ellos. Y recordemos que la mejor enseñanza es la que podemos predicar con el ejemplo.