EL AMOR Y SU IMPORTANCIA EN LA SOCIEDAD.
Si vemos algún medio de comunicación durante el día, están saturadas con noticias de violencia, abusos de todo tipo, conflictos, injusticias, odio, fraudes, enfermedades. Etc. Y hay una decepción generalizada de las instituciones del Estado y particulares, que lleva a cerrar el corazón para desconfiar de todo el mundo. Rara vez se informa algún buen acontecimiento o un mensaje de esperanza, porque tristemente las noticias que más ¨venden¨ son precisamente enfocadas al lado negativo y cruel del ser humano. Podemos ver como la sociedad se ha vuelto fría e indiferente al dolor del otro, individualista, egocéntrico, egoísta. La tecnología y el consumismo están de moda, parece que la vida humana ya perdió el sentido y valor. La sociedad está cambiando en el Chile actual, hay muchas ideologías que se han sembrado y han logrado corromper el corazón de la gente, tomando y aceptando ideas supuestamente progresistas, pero que finalmente solo buscan destruir la familia. Ante todo esto nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Que podrá cambiar esta sociedad, hay todavía esperanza?
Solo el amor, si, solo el amor genuino podrá trasformar tu ciudad, tu nación. El amor es la mayor fuerza que existe, ante el amor nada es más poderoso, nada puede vencer al amor. ¿Sabes porque? Porque el amor viene de Dios, el amor es Dios. El puso una porción de su amor en nosotros y está disponible para que lo manifestemos. Personalmente tampoco había experimentado ese amor, había cerrado y endurecido el corazón por el dolor y las decepciones de la vida; sin embargo al conocer a aquel que es Amor, mi corazón volvió a la vida y a amar nuevamente.
El amor es más fuerte que la muerte y puede restaurar cualquier relación fracturada o rota. Porque al decidir amar, abro mi corazón para perdonar, aunque la otra persona me haya dañado. Existe la creencia que es imposible perdonar o que solo Dios puede perdonar, pero esto no es así. Nosotros debemos perdonar porque Cristo nos perdonó primero y espera que hagamos lo mismo con quien nos ofendió. El perdón sana y libera.
Cuando elijo amar, tengo paciencia con aquellos que están a mí alrededor, con mi familia, amigos y vecinos, con mis compañeros de trabajo, etc. Tengo la capacidad de sentir compasión y ponerme en la situación de ellos. Cada uno está dando diferentes peleas en la vida y necesitan apoyo y comprensión. Se desarrolla la bondad en nosotros para dar de lo que tenemos y suplir en alguna medida sus carencias.
Cuando camino en ese amor, no espero recompensa por lo que hago por otros, no busco mi propio bienestar, sino el del otro. El orgullo, el egoísmo sale de nuestras vidas cuando renunciamos a suplir nuestras propias necesidades primero, para suplir las del que necesita. No esperamos que haya catástrofes naturales o campañas para movilizarnos. El amor nos capacita y hace sensibles para dar todo el tiempo.
Si elegimos este camino maravilloso, no nos daremos por vencidos ante el rechazo del otro, no perderemos la fe que nuestra familia va a ser trasformada, la sociedad no empeorará sino que corregirá sus caminos, tendremos esperanza de un mundo mejor y nos mantendremos firmes en lo que hemos creído y esperaremos ver esa trasformación a pesar de todo lo que se levante en contra. Buscaremos que la verdad y la justicia siempre triunfen.
Entonces, porqué en vez de quejarnos y esperar que sea el Estado el que resuelva todo, ¿no comenzamos nosotros a amar?