EL INMINENTE CAMBIO EN NUESTRA CIUDAD.
Entender una Ciudad, su diseño, sus dinámicas y su interacción, el pensamiento de sus habitantes, su cultura, sus costumbres, sus comidas, sus sonidos y todo aquello que hacen a nuestra Ciudad tan particular, es un caminar que toma mucho tiempo.
Gracias a Dios, he tenido la maravillosa posibilidad de recorrer ciudades como Asunción (Paraguay), Mendoza (Argentina), Guayaquil (Ecuador), La Habana (Cuba), Atlanta y Orlando (E.E.U.U.). En cada una de ellas se me ha hecho patente la forma de pensar de sus habitantes, me ha impactado mucho la incidencia de la mentalidad de la gente, en la disposición de los edificios, los lugares públicos, los comercios, los lugares turísticos, el tamaño de sus casas, y particularmente, su propia calidad de vida.
Se ha hecho muy común, particularmente en Chile, el hecho de que sus habitantes, se relacionen desde una cómoda posición de exigencia, ante los estamentos públicos o estatales, prácticamente como si tuviesen el deber de solucionarnos la vida, culpándolos muchas veces de condiciones de la pobreza en que viven. La verdad, hemos vuelto nuestras frustraciones en culpar a los demás, es fácil atacar a las autoridades, a las empresas, a los estamentos de poder, o como algunos llaman, a los poderes fácticos. Pocos son los que buscan reales soluciones en beneficio de otros.
Objetivamente, el Aparato Estatal de una Nación, no es más que la convención o acuerdo de todos, para escoger representantes, que organicen a nuestra sociedad. Desde su currículum o experiencia, aportar soluciones creativas en beneficio común. Estos representantes, si bien ESTÁN PARA SERVIR, ellos no pueden en ninguna circunstancia, solucionar tu falta de visión o tu comodidad. Tal vez debes meditar en tu corazón, probablemente no tengas esperanza para ver más allá, concuerdo en que no toda la gente pobre es floja, conozco gente muy esforzada y honesta, pero quizás sea tiempo de renovar la visión, y volver a caminar desde la fe. SOLO LA FE PUEDE ROMPER CUALQUIER LIMITE.
Durante estos casi 10 últimos años, he podido indagar al menos en parte del territorio donde habito, la hermosa Provincia compuesta por El Monte, Talagante, Isla de Maipo, Peñaflor-Malloco y Padre Hurtado. Me doy cuenta, cuan necesario es un urgente cambio de mentalidad, si seguimos mirándonos como “provincianos” de un territorio olvidado de la Región Metropolitana, o las comunas “dormitorio” de Santiago, nunca saldrán de este territorio, los diseños que podemos darle a Chile, y a otros lugares, quedarán en los cementerios de nuestras comunas, los sueños que rediseñan nuestras calles y desde otra generación tendrán que venir a cambiar las cosas.
No dependemos de la gestión de nuestros alcaldes, ni de los beneficios del Gobierno de turno, tampoco dependes del salario que recibes a fin de mes. Dependemos de Dios, porque sin Él no haríamos nada, creámoslo o no. Dependemos de creer que Él nos puede abrir camino y posibilidades para manifestar ideas nuevas, nuevos emprendimientos que te lleven a crecer y ampliar tus perspectivas, donde camines desde tener un puesto de trabajo a poder darle trabajo a otros. Depende de ti, creerle a Dios, soñar, emprender, esforzarte, caminar, perseverar hasta lograrlo. Deja de mirarte como un habitante pobre de una comuna olvidada, comienza a mirarte como el habitante de una Ciudad Nueva, una tierra llena de posibilidades, donde el que sueña, tiene la capacidad de hacer su sueño realidad sin recurrir a un juego de azar.
Te invito a ROMPER TUS LÍMITES, rompe la barrera de lo que considerabas imposible, deja de mirar las casas de adobe, los tejados, el polvo, las micros viejas, los postes en mal estado, los muros rayados, y cree que esta ciudad de cinco comunas está siendo transformada. TEN PAZ