Cuando la Medicina No Puede.
Sus Padres ya no sabían que más hacer, lo habían hecho todo y dado todo por ver a Hugo sano, y no es para menos si desde muy pequeño la esquizofrenia se gatilló en él, como quien sin previo aviso entra y toma lugar de todo. No pudo estudiar mucho, entre los calmantes fuertes y el bullying en su colegio ya no podía soportar, las voces en su cabeza que no paraban de hablar, voces que lo animaban a ser violento y a auto-destruirse cortándose los brazos y las piernas, un tormento continuo que nunca cesaba.
A medida que pasaba el tiempo todo se iba agravando cada vez más, las crisis eran muy fuertes, la violencia creció mucho al extremo de que su familia tenía que llamar a carabineros para que les ayudaran a sostenerlo para así poder llevarlo al psiquiátrico y que allí lo calmasen amarrándolo y suministrándole diversos medicamentos para contener esas crisis. Esas voces le pedían sangre, lo insultaban por ser cobarde y no terminar luego con su vida, muchas crisis soporto él y su familia, varias hospitalizaciones, y una búsqueda incesante porque alguien les ayudara. Su mamá golpeó muchas puertas, buscó en muchos lugares ayuda, no solo en Santiago sino también en otras regiones toda clase de ayuda, la que fuese pues su mamá al ver así a su hijo ciertamente buscaría cualquier tipo de ayuda.
El diagnóstico médico era lapidario, Hugo ya estaba pronto a cumplir 19 años, no había esperanza para él, pues la esquizofrenia médicamente no tiene cura, pero sus padres creían en Dios y no se detuvieron para buscar algún remedio. Y fue en esa búsqueda que los conocí, Hugo estaba hospitalizado pues había tenido una crisis muy fuerte, me contaron su caso y después de orar y buscar de Dios le pedimos a los padres que lo sacaran del psiquiátrico, esperar unos días para que se desintoxicara de los calmantes, para así poder orar por él y clamar a Dios por un milagro. Los médicos tratantes se oponían a darle el alta, no querían dejarlo salir, pues para ellos Hugo estaba muy mal. Su mamá habló con el médico de cabecera y le explicó que se lo llevaría porque iban a orar por su Hijo, el médico enojado le hizo firmar un documento donde quedaba constancia de que bajo responsabilidad de la mama le daba el alta, y que ante cualquier emergencia ellos eran los culpables.
Llegó el día en que conocería a Hugo, vendría con su mamá y con un hermano que fue quien hizo el contacto entre ellos y nosotros. Cuando lo vi me asombré, eran un joven muy delgado y un rostro tan triste que me conmovió mucho, Él no me quería ni mirar, y entiendo que fuese así pues esas voces en su cabeza todo el tiempo estaban hablándole y hablándole. Él se veía muy atemorizado, aterrado, y al ver esa escena le dije: “No tengas miedo, el diablo no puede hacerte nada, si tuviera el poder para hacerlo ya lo habría hecho, no dejes que te mienta, ni tengas temor, porque él no tiene poder alguno de dañarte”.
Esas palabras le hicieron a reaccionar, al principio no quería ni mirarme ni que orara por él, pero después de esas palabras cargadas de Fe sé que su alma reaccionó, y la esperanza entró nuevamente, la mentira cayó de que el diablo o sus demonios son poderosos para darle paso al poder de Dios.
¡Oramos por El, y el poder de Dios se manifestó tan tremendamente que Hugo fue libre! Los años de dolor y tormento habían terminado, y la paz volvió nuevamente a su vida y a toda su familia. Dios mostró a través de este milagro que para El no hay nada imposible, y aunque la ciencia o la medicina digan lo contrario solo Él tiene la última palabra. Hoy Hugo está bien, ha ganado peso, y está trabajando, recuperando paso a paso la vida que le había sido robada.
Quizás tu estas atravesando una situación difícil, una grave enfermedad, o quizás alguien cercano a ti, pero queremos animarte a creer, a creer en un Dios que todo lo puede hacer, que da ayuda y auxilio a aquellos que se lo piden, que está ahí a la puerta de tu corazón llamando para que le abras, y así poder manifestarse a ti con todo su amor…..Créelo…¡¡para el que cree todo le es posible!!
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