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La Voz de La Verdad

Hombre y Mujer: El Poder de ser Uno Sólo.


Desde que el hombre y la mujer fueron creados y cayeron en pecado al desobedecer una orden de Dios, ha existido una lucha por el dominio, han existido las excusas y el endosar responsabilidades a otros en vez de asumir nuestros errores estoicamente.

En el diseño de Dios, no solo está pensado para la multiplicación de la especie, sino el matrimonio, la unión de dos personas que son un complemento el uno del otro, donde la competencia no se da, sino la cooperación en amor. Ambos poniendo de su parte para que el propósito se cumpla y es el ser una familia que sea capaz de manifestar ese diseño perfecto con el que fueron creados. El hombre como un ser contenedor, que da y provee seguridad, que protege y resguarda, que su fuerza lo capacita para hacer muchas cosas que requieren gran esfuerzo y la mujer que es más delicada y frágil, es fuerte, sobre todo cuando se trata de resguardar a sus hijos se vuelve una leona para protegerlos. La mujer tiene la capacidad de oír y de empatizar con las personas cuando éstas sufren. La mujer anima y tiene la capacidad de salir de situaciones difíciles, puede quebrarse una y otra vez y se reinventa y fortalece. Cada uno aunque distinto físicamente, emocionalmente y en su manera de pensar, están diseñados para ser el uno complemento del otro con un propósito y este propósito no es la competencia, sino el construir juntos porque hay una finalidad en común y es el establecimiento de una familia.

Dios no se equivocó al hacernos a su imagen, no se equivocó al hacernos mujeres y hombres. Esta idea no vino de nosotros, sino de él. En él está lo que nosotros somos.

Usted puede argumentar, pero es que aún estamos en una sociedad machista, si, es cierto y pasarán años y años para que podamos llegar al punto de respetarnos y no competir, cuando hombres y mujeres entiendan que Dios nos hizo con una dignidad que merece un gran respeto y que esto se traduzca en una sana convivencia a toda escala, en todas las áreas de convivencia. Nuestra cultura debe ir abriéndose a ir estableciendo justicia y mirar a la mujer como una co-igual al hombre no en fuerza, no en feminismo, no en una libertad desenfrenada, no en una independencia sin límites, sino frente a Dios somos iguales en dignidad, con roles distintos, con habilidades y destrezas diversas y distintas que enriquecen quienes somos y lo que hacemos a diario.

Han pasado años y la batalla por demostrar que podemos hacer lo que nos propongamos las mujeres sigue en alza, pero esto nos ha costado caro, porque la lucha ha sido mal enfocada. El feminismo ha despreciado al hombre en su diseño y ha desviado de su dignidad a la mujer, haciéndola una persona que ha ido perdiendo sus valores, que por conseguir sus metas puede destruir lo que tiene a su paso. Esta competencia se ha vuelto desleal y las mujeres se han perdido el respeto a sí mismas y los hombres nos han perdido el respeto.

No tiene que ver esto con dejarse aplastar o dejarse maltratar, no es eso, pero el feminismo es violento, es un diseño destructivo, que te hace pelear y conseguir por la fuerza lo que quieres. En este afán de libertad, solo se ha visto un aumento de anti-valores y una libertad que no es tal, sino la excusa para hacer lo que se quiere o como quien diría, “partir pa’ onde uno está vuelto”, sin restricción porque a uno le han metido en la cabeza que se es dueño de sí mismo y es una cultura idolátrica y hedonista.

Sabe, el machismo es consecuencia del matriarcado de nuestra sociedad. Madres posesivas que sobre protegen y ahogan a sus hijos, que éstos cuando crecen y se hacen adultos o comienzan a relacionarse con el sexo opuesto, no son capaces de respetar ni dignificar a la mujer, porque tuvieron madres machistas y todavía vemos esposos que se separan y vuelven a la casa de sus padres y se vuelven mamones, entonces las mamás vuelven a adoptar un rol sobre protector en ese hijo adulto y no lo deja que asuma su papel de esposo y se haga cargo de su familia. Hombres que no son capaces de resolver sus propias cosas, descansan en que sus madres les resuelvan la vida. El feminismo, el matriarcado ahoga el diseño del hombre desde pequeño y no lo deja vivir correctamente. Hijos consentidos, que de adultos no saben relacionarse adecuadamente, se comportan como hijos mal criados y las mujeres se sienten vacías, porque en vez de un compañero encuentran un hijo grande.

Esta es una queja continua, es la que viven la mayoría de las mujeres en pareja…

A lo largo de los años se ha abierto posibilidades para que las mujeres se desarrollen en distintas áreas y esferas y ha sido muy bueno y provechoso, porque eso ha ayudado a que se abra la puerta para que las mujeres puedan ampliar sus horizontes, puedan soñar y realizarse en lo que desean, pero no necesitamos entrar en este juego de deslealtad donde ambos nos herimos, sino que siendo como somos, en tranquilidad y con otra actitud podemos conseguir la apertura en esos lugares donde queremos estar.

Hasta aquí ha quedado demostrado que somos muy capaces de hacer muchas cosas y de manera múltiple, es parte de nuestras habilidades y como dice el dicho es maravilloso poder caminar y mascar chicle a la vez. Es hermoso poder ver y notar los colores en una gamada variada de degradé y no solo ver colores primarios. Poder besar el dedo de tu hijo porque se pegó y que al instante deje de llorar o que tu sonrisa cada día a tu hijo o hija le aporte alegría y sea un niño feliz.

Llegará el día en que las empresas apliquen justicia y no haya diferencia entre un sueldo de un hombre y una mujer en un mismo cargo.

Si algo debemos imitar es lo bueno y no lo malo. No le echemos más leña al fuego, todo lo que sembremos vamos a cosechar. Este es un gran tiempo de ser transformados para bien, en que cada uno encuentra su lugar y se desarrolle en el área que quiera, hoy hay muchas más oportunidades que hace unos años atrás.

No es necesario pelear con violencia de palabras o con una actitud inadecuada. No tiene que faltarse el respeto, la libertad que tiene no es para que se haga libertina, use su libertad de buena manera y elija ser feliz ante todo. Ser agradecido no es conformismo, es ser consciente de que lo que tengo y lo que soy es más que suficiente para ser feliz y disfrutar de la vida que tengo. Si usted puede elegir hacer cosas y desarrollarse no necesita hacerse una feminista, sepa que usted tiene una dignidad intrínseca solo por ser mujer, Dios te creó tan especial y hermosa, que no necesitas parecerte a nadie espectacular, porque aún los cánones y parámetros que la sociedad dice o impone que uno debe ser de una manera es pura falsedad. Los estereotipos no son más que ideas falsas, porque si hay una diversidad, no es solo en la discapacidad, sino que cada uno es diverso, cada uno es parte de este universo y somos únicos e irrepetibles, cada uno con grandes dones y destrezas y habilidades, cada uno con la capacidad de amar y de ser esa compañera fiel y fuerte.

La manera en que Dios nos hizo, nos hace únicas, divertidas, especiales, soñadoras, enamoradas, esforzadas, no vemos límites, vamos más allá de nuestras fuerzas, no tenemos que demostrarle nada a nadie, porque todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros, solo debemos animarnos a sacarlo y desarrollarlo de la mejor manera. La competencia solo desgasta y amarga, es mejor sumar y trabajar en equipo, es mejor atreverse a jugársela por una meta y desafiarnos a lograrlo. Siempre habrá un hombre que valore quien tú eres y si por ahora no lo hay, no es para llorar. Quiérete, conócete, valórate, disfruta la vida, rodéate de buena gente y vive con buenos valores. Acércate a Dios, la fuente de amor más grande quien te hizo con un corazón bien grande, porque en el corazón de una mujer cabe mucho amor.

No te compares con la flaca rubia y regia de la publicidad, cada una en su forma es única y especial, aunque seas XL.

Las mujeres tenemos una enorme capacidad para contener, animar, consolar, escuchar, abrazar, aconsejar, hacer cosas especiales por otros, ser amigas del alma y podemos ser muy buenas compañeras de un hombre que nos ame. No siempre las guerras se ganan con armas y violencia, hay guerras que se ganan con sabiduría, trabajo y persistencia. Enfócate en lo que tú quieres, trabaja por ello y mantente firme, las oportunidades vendrán. Tú eres un especial tesoro, tienes la imagen de Dios dentro de ti, así como el hombre también es imagen de Dios, cuando ambos se juntan, mujer y hombre se hace un complemento perfecto, una unión perfecta que se vuelven uno y deja de haber división.

Vamos, anímate, deja la amargura y no mires lo que te falta, ve qué puedes hacer y cómo contribuir a ser cada día más feliz. La felicidad te hace hermosa y atrae a los demás. Una competencia desleal solo destruye. Que tu vida sea como un campo de flores donde muchos puedan descansar y hallar los tesoros dentro de ti. Haz que el verdadero diseño que hay en ti salga a la luz y manifieste quien eres en verdad, porque tu vida no es un eslogan.

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