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Escribir en el Corazón de una Nación.

Por Cristian Godoy C.

Foto: Noticias Los Rios



Este mes de octubre, al igual que hace 32 años, se vuelve demasiado crucial en el territorio chileno. Esta vez entre un “Apruebo” o “Rechazo”, comienza un proceso sin retorno, que sin duda exigirá cambios profundos, porque ya no se sostiene lo que hoy tenemos. Nos dimos cuenta de repente, que nuestra casa estaba construida sobre la arena, y no sobre la roca.


Pero debemos entender que esto no partió por la evasión de los “pingüinos” en el metro, ni por el estallido social. Esa grieta en la pared venía abriéndose hace años. Para entender el problema y poder encontrar las soluciones, debemos quitar de nosotros la idea de que esto se trata de derecha o izquierda y evitar caer en el grave error de polarizarnos. Para ver a Chile en perspectiva y panorámica completa, debemos de alguna manera hermanarnos, porque divididos estaremos ciegos, y dos ciegos (lo digo con respeto) caerán. Pero abramos el corazón y podremos ver luz en nuestro camino.


Foto: La Prensa Austral


No puedo influir donde marcarás tu voto, pero si quiero hacerte ver que no se trata de política, de ideas o pensamiento. Vivimos desde el pasado octubre estos días, porque nos dimos cuenta de que las injusticias que nos rodeaban nos adormecieron por años y las callamos y las aceptamos. Chile tiene una enorme falta de justicia, y esta es la médula del problema, esto se trata de justicia.


Entenderás que, si se escribe o reforma la Constitución, se trata de redefinir el corazón mismo de Chile. Allí se expresa el como pensamos, creemos y somos, como interactuamos los chilenos y los que viven en Chile. Si la Constitución expresa el corazón de la Nación, debemos cada uno preguntarnos ¿Qué hay en nuestro corazón?


No podremos jamás terminar con la corrupción de los políticos, si en base a nuestros intereses hacemos trampa, defraudamos a otros, entramos a un cargo por “pituto”, evadimos pasaje, engañamos a una abuelita con el vuelto, etc. Le hemos dicho ladrones a las AFP y a los grandes empresarios, pero ¿Cuántos en pandemia pidieron plata sin necesitarla falseando información?


Para que un sistema caiga, debemos dejar de escondernos en la mentira y amar una vez por todas la verdad. No puedo exigir justicia si no soy justo aún en lo más mínimo, no puedo exigir verdad y transparencia si no soy honesto. Y más importante aún, está lleno de ciudadanos levantando las banderas de sus ideas, cada uno pretendiendo que su pensar quede plasmado en la carta magna, pero la justicia no es real si está basada en mis propios intereses. Muchos dicen “yo exijo mi derecho a esto y a lo otro”, y en rigor es necesaria la convención de que somos sujetos de derechos, pero ¿Quién piensa en los deberes? ¿Qué doy a cambio?


La verdadera justicia que nuestra nación necesita comienza donde nuestro egoísmo partidista e ideológico termina, cuando dejamos de pensar en nuestros intereses y en nosotros mismos, y empezamos a pensar y actuar en y por el otro. Hasta que el AMARNOS no se haga costumbre, no vendrá justicia, y si no llegamos a ese nivel, la constitución no será más que letra muerta sin esencia.

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