top of page

Un Corazón Sano

Por Yesmín Contreras S.


Estuve muy mal, quería suicidarme, tenía crisis de pánico varias veces al día, sobre todo cuando me iba a acostar, sentía que caía por un hoyo profundo sin final, y esa sensación de estar cayendo y el terror invadiéndote no se la doy a nadie. A veces sentía eso mismo en la calle, esa sensación de caer en un vacío sin que nadie pudiese ayudarte me dejaba destruida, no sabía lo que me pasaba y cada vez me ponía peor, escuchaba voces, me sentía perseguida, acosada y a la vez tan sola.



Nadie sabía lo que me pasaba, la relación con mi familia no era buena, estaba sin trabajo, sin dinero, me sentía vacía por dentro, caminaba sin rumbo fijo. En mi interior sentía que me estaba muriendo, tenía tanta tristeza y dolor acumulado, tenía rabia e impotencia guardada, de mi corazón salía mucha amargura y desesperanza. A veces sentía odio y deseos de venganza, mis emociones estaban destruidas, por eso ya no quería vivir, no sé si me entiendes, pero te lo quería contar, porque primero que nada entiendo que en nuestra nación hay un alto índice de personas con depresión y porque en el tiempo que estamos viviendo en nuestro Chile, están aflorando del corazón muchas cosas, y ha sido como un grito que ha salido del corazón del pueblo, con lemas como: "Sin perdón ni olvido".


Así como el hombre piensa en su corazón, así es el. Lo que está en tu corazón determina tus caminos, tu hablar, tu comportamiento, tu accionar, etc. Yo fui gobernada por todo aquello que mencioné, y solo cuando pude perdonar, mi corazón fue lavado y pude ser libre. Si, perdone a los que me habían hecho daño, perdone porque al no hacerlo seguían las heridas abiertas y estas me dañaban aún más soltando odio y rencor dentro de mí. Perdone para ser libre, pues mientras no lo hiciese seguiría estando presa en esa cárcel de rencores donde me custodiaba la muerte. Decidí perdonar para que viniese sanidad y para tener paz, una paz que no conocía, pero que ahora guardo y cuido para tener un corazón sano.



Amigos de la provincia, el camino del odio, la rabia y la venganza no nos llevan a ninguna parte, solo a la destrucción, debemos perdonar para que las heridas se cierren y dejar ese pasado atrás, y proseguir extendiéndonos a lo que está por delante de nosotros. No le heredes esto a tus hijos, no permitas que nuestra provincia se alimente de odio y rabia por lo que pasó, más bien al perdonar abramos la puerta a la esperanza y al amor los unos por los otros, ese es el camino más alto y mejor que podemos caminar.

Ahora estoy sana, duermo tranquila y tengo paz...algo que no se puede comprar ni con todo el oro del mundo.


"Al salir por la puerta hacia mi libertad supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero"



5 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page