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¿Y yo qué puedo hacer?

Por Nadia Fernández M.


Foto: Agrupación Social Nuevo Día - El Monte, R.M.


Estamos próximos a eventos muy importantes en Chile, uno de ellos es el plebiscito constitucional a través del cual cambia el destino de nuestro país. Es un momento histórico y también diría yo histérico, porque añade expectativas de cambio que nunca habían estado tan cerca de concretarse. Lo cierto es que las sociedades se engañan si piensan que estos cambios se harán instantáneamente.

En mi necesidad de respuestas me pregunto cómo proceder. Chile, sus ciudades y pueblos, necesitan justicia, que se valore la dignidad y el respeto a la vida. Pero lo que vemos, no es más que la sed de venganza de una “justicia” falsa y violenta, por mano propia, impaciente, pero que no trae cambios significativos ni positivos, sólo hace daño a su propia gente, muchos de ellos emprendedores de esfuerzo. ¿estoy con el pueblo, pero daño al pueblo?

Foto: A.P.


Frente al desafío de traer justicia real, el peor error a cometer es polarizarse entre un bando y otro, porque seguimos viéndonos divididos en dos pensamientos. Antes fue entre el Sí y el No, ahora es por el Rechazo y el Apruebo, la papeleta de voto no nos ayuda en lo pronto a unirnos, pero un país dividido no prevalecerá.

La solución a los problemas de injusticia o de dignidad, o todo lo que la gente desea que se le restaure, no vendrá por una elección en una papeleta, vendrá si tú y yo cambiamos nuestro corazón. Creo que esa transformación viene de la forma en que nos damos por otros. La compasión y la misericordia no pueden venir de los sistemas actuales, han sido dadas por Dios, para que tú y yo podamos hacer cosas maravillosas por aquellos que de un modo u otros están sufriendo.

Las respuestas a nuestras necesidades no saldrán todas de una elección presidencial, o de un partido político en particular. Muchas respuestas saldrán de nosotros mismos, porque somos capaces de salir adelante en una actitud resiliente y de fe, de esperanza y de fuerza en Amor a aquellos que se vuelven un motor para nosotros, tal como nuestras familias.

Pasos concretos para cambiar la situación social y económica del país.

No te restes en cuanto a dar. Dando es como se rompe el egoísmo, se rompe la miseria, nos hacemos libres del temor a no tener, desarrollamos la misericordia y la compasión. Entonces gobernemos esta tierra con un corazón lleno de amor por aquellos que necesitan de nuestra ayuda, no los dejemos solos. Aquellos que son emprendedores, dejen fluir sus ideas creativas y ayuden a otros a emprender. Hay tantas formas para dar y ayudar, hay ideas nuevas para los creativos y para aquellos que necesitan reinventarse.


¡¡Esta es una verdadera revolución!! Atrévete a dar. Da de lo que tienes a la mano, aún tu tiempo dáselo a quien tengas cerca, a ese que tú sabes que lo está pasando mal. También, hay lugares donde puedes donar, mercadería, ropa, dinero, juguetes, etc., Puedes hacer algo por alguien que no tenga familia cerca, por ejemplo.

Esto está por encima de todo gobierno y nos provee formas de tener saciadas nuestras necesidades y encontrar descanso. Porque pasarán los años y muchos seguirán esperando sentados que el gobierno de turno les solucione sus problemas sin obtener mayores resultados.

Dicen que Chile despertó, la verdad es que no ha despertado, sino que reventó, y es por eso tanta violencia e impaciencia, pero la justicia nace cuando mueren tus intereses y piensas en el otro.

Ha sido tan bonito ver cómo las ollas comunes comenzaron a salir de manera espontánea, la gente comenzó a movilizarse, hubo municipalidades que hasta hoy siguen ayudando a sus vecinos. También aquí en la Comuna de El Monte muchos nos hemos coordinado, para ayudar en esta comuna a los vecinos que han sufrido por incendios, por hambre y falta de trabajo.

Foto: EFE


No nos engañemos, no sigamos esperando que el gobierno o los políticos nos cambien la vida, porque no será así. Algunos en el poder seguirán haciendo de las suyas, resguardando sus propios intereses y sus bolsillos. Las soluciones de parche como el 10% son paliativas no permanentes y sólo deja al descubierto que quienes nos gobiernan, antes y ahora no saben cómo hacerlo y temen abrir la mano como si los insumos y los recursos se fueran a acabar. Eso es una vil mentira.

¿Cómo se soluciona la violencia? siendo pacificadores, yendo con una actitud distinta y contraria. Anhelamos paz, entonces hagamos nosotros la pega de ser pacificadores. Saciemos el hambre de aquellos que están sin pan en la mesa. Hagamos el bien de las formas que tengamos a la mano para hacer. Salgamos de esa forma de pensar que para conseguir algo debe ser en violencia o por la fuerza.

Más allá de una votación veamos quiénes somos, si sembramos justicia cosechamos paz, si somos pacificadores, nos espera un mejor futuro, si ayudamos a otros, estamos alumbrando a nuestras ciudades. Construyamos y transformemos nuestro entorno en amor. Si no amamos nuestro lugar y si no valoramos a nuestros vecinos, difícilmente podremos traer los cambios que anhelamos.

Salgamos del egoísmo, miremos nuestras habilidades, miremos lo que podamos dar, miremos lo que somos y dejemos de ser tan demandantes como alguien que solo sabe pedir. Podemos dar mucho, podemos juntarnos para dar y compartir nuestras riquezas, no solo cosas, nosotros mismos, nuestras risas, nuestro cariño, nuestro pan, la olla común, lo que has aprendido, un oficio, todos tenemos algo que dar.

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